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ENTREVISTA CON EL CANDIDATO DEL PP AL AYUNTAMIENTO DE PALMA

Jaime Martínez: «Los palmesanos dicen que hay que frenar este disparate, son ocho años de decadencia»

  • Indalecio Ribelles
  • Redactor de OKBaleares, información local de Palma, social y política. Antes, redactor en EL MUNDO/ Baleares durante 20 años.

Este palmesano puede ser, si así lo deciden los votantes el próximo domingo 28 de mayo, el octavo alcalde democrático de Palma y el encargado de poner fin a dos legislaturas de gobiernos de coalición de socialistas, independentistas de Més y Podemos con el socialista José Hila, al frente.

Esa es la primera gran meta de Jaime Martínez (Palma, 1971), aunque si la logra y toma posesión de la vara de mando el 17 de junio, los retos que se le vienen encima, al frente de la Alcaldía de la ciudad más sucia de España, la tercera más insegura y la más cara para vivir, serán mayúsculos si quiere revertir esta situación.

PREGUNTA.- A cuatro días de pasar por las urnas, ¿qué mensaje le llega de la calle?

RESPUESTA.- Yo creo que los ciudadanos están diciendo ya que hay que pegar un frenazo a este disparate, son ocho años de decadencia y prohibiciones, y que hay que cambiar. Un cambio de las políticas que se llevan a cabo en la ciudad y de la gestión de los servicios públicos. Creo que eso es innegable.

P.- El último varapalo que se ha llevado el alcalde Hila ha sido el de las terrazas de la Lonja con la sentencia que obliga al Ayuntamiento a ampliar el horario.

R.- Lo que hace esa sentencia es demostrar, una vez más, que las políticas que ha implantado Hila durante ocho años se han materializado sin escuchar absolutamente a nadie, pero ni a los vecinos, ni a los sectores, ni a los barrios, ni a la oposición. Al final, el varapalo es normal, pero no es el primero. Están teniendo continuamente reveses en este sentido y los que vendrán, por ejemplo, con este Plan General que se ha aprobado por la mitad. Vemos que las políticas sectarias que implanta Hila allí por donde pasa, van en contra de los intereses del Ayuntamiento. Habrá que ver qué indemnizaciones se tienen que pagar.

P.- Ahora mismo hay un tema que tiene a bastante gente alterada: el colapso total del tráfico que hay a diario en Palma. ¿Qué se puede hacer para revertir esto?

R.- Lo primero, planificar las acciones que hay que tomar. La movilidad no va de peatonalizar una calle o eliminar un carril. Se trata de tocar toda una serie de palancas en la ciudad. Si lo que haces son políticas de improvisación, como son poner carriles VAO que no funcionan, limitar la velocidad en la Vía de Cintura, hacer un Paseo Marítimo que lo único que hace es eliminar aparcamientos y reducir el número de carriles, pues habrá todavía más colapso, porque no haces además aparcamientos, ni disuasorios ni subterráneos. Cuando haces todo esto y de una manera inconexa, es normal y lógico que nos encontremos con la ciudad atascada que nos encontramos, que es la tercera ciudad más colapsada de toda España, después de Madrid y Barcelona. Somos campeones en absolutamente todo lo negativo a nivel nacional.

P.- El segundo tema es la limpieza en la que ya es la ciudad más sucia España.

R.- Hay que darle la enhorabuena al alcalde, que ha conseguido ser el primero en suciedad. Antes éramos los quintos y ahora ya somos los primeros. Volvemos a lo mismo. Es decir, al final se necesitan políticas transversales. Primero, recuperar acciones en materia de limpieza que funcionaban en el pasado y un control global de las diferentes acciones. Es decir, las papeleras de Palma están todas que rebosan. Eso se soluciona simplemente vaciándolas más veces. No hay que ser un genio porque, además, no es un problema de recursos económicos: tenemos el presupuesto más alto de la historia del Ayuntamiento de Palma. Hay cuestiones que son de organización, de coordinación y otras que son de gestión diaria. Y no hablamos sólo de suciedad, hablamos de grafitis, de trastos, de coches abandonados. Es decir, todo esto se junta y como no se actúa en absolutamente nada, pues al final es lo que tenemos.

P.- En materia de seguridad ciudadana, Palma encabeza los índices de delitos en Baleares, que es la comunidad con mayor tasa de criminalidad de España.

R.- Palma ha llegado a un punto donde la cuestión ya es actuar. Lo he repetido muchas veces: faltan como mínimo 300 policías en la ciudad. Hay 300 policías menos que hace 20 años, con 100.000 personas más. Lógicamente, se necesita hacer un plan de choque. La incorporación de efectivos y de recursos humanos en la Policía tiene unos procesos que no cumple el actual Consistorio. De las últimas 150 jubilaciones que ha habido en los tres últimos años, sólo se han cubierto 60. Y en junio hay 20 nuevas jubilaciones y no hay ningún tipo de previsión. Por lo tanto, así vamos a peor.

P.- ¿Qué hay que hacer?

R.- Planificar las jubilaciones y revertir esos índices de criminalidad. Y eso se hace con presencia policial y con actuaciones. Tenemos que recuperar las patrullas de intervención inmediata, tenemos que patrullar y tener según qué tipos de policías en zonas calientes de la ciudad, como es, por ejemplo, la Plaza de España. Debemos perseguir a las bandas de delincuentes, que además son las mismas que hacen okupación ilegal. Y muchas cosas más. Hacer cumplir las normas. Tenemos que conseguir que la ciudad sea segura. No puede ser que nuestros hijos y nuestros nietos no puedan ir a según qué horas, por según qué zonas de la ciudad. Y eso se hace con efectivos, con recursos materiales, que en estos momentos tampoco la Policía tiene.

P.- Otro de los temas de debate es el tranvía. ¿Qué va a pasar si hay un cambio de gobierno?

R.- No ha salido a concurso el proyecto. El tranvía es propaganda electoral, no existe, no hay ningún proyecto. Es el mismo proyecto de 2009 que vuelven a sacarse de la chistera para hablar de movilidad. Ese tranvía sería un error garrafal para la ciudad y para la movilidad de la ciudad. Si en estos momentos, la ciudad está colapsada, ese tranvía la colapsaría aún más. Por lo tanto, este tranvía no. ¿Qué queremos hacer nosotros? Pues esos 240 millones de euros de inversión en movilidad que tienen que venir a la ciudad de Palma se tendrían que destinar, por ejemplo, a la inversión en la electrificación de la flota de la EMT. Con eso conseguimos mejorar la movilidad del transporte público. El tranvía es una infraestructura fija que además nos genera muchos problemas y nos quita 4.500 aparcamientos cuando faltan en estos momentos más de 15.000.

P.- ¿Qué se puede hacer en Palma para tener una vivienda asequible?

R.- Ese es uno de los de los planes de choque que tenemos que poner en marcha a partir del 28 de mayo. Hay que hacer cinco planes de choque: seguridad, limpieza, movilidad, fiscalidad y vivienda. La vivienda es uno de los grandes problemas del futuro de nuestros jóvenes y de las familias. ¿Qué proponemos nosotros? Proponemos primero una Ley de Vivienda en coordinación con el Govern, pero donde Palma que tiene más del 80% de las necesidades de vivienda, tiene que tener un peso específico importante, y soluciones creativas y a corto plazo. Nuestro problema es hoy. Segundo, esas 30.000 viviendas vacías de Palma, pues dar la seguridad jurídica necesaria y los incentivos para que el propietario las quiera poner a un precio tasado en el mercado del alquiler de larga duración. Este es un objetivo clarísimo. Después la transformación de los barrios degradados. Eso es también importantísimo para que vuelva a ver vivienda asequible en el mercado.

P.- ¿Derogará ese Plan General aprobado a medias?

R.- No podremos derogarlo. Es un regalo envenenado que nos dejan, pero vamos a ver hasta qué punto podemos rectificar según que errores hayan cometido. Y trabajar también en materia de vivienda en tres líneas muy claras que a corto plazo pueden poner más en el mercado: cambio de uso de locales en viviendas, que hay un 40% de los locales de la ciudad de Palma que están cerrados. Incrementar la intensidad de uso de viviendas. Es decir, grandes viviendas de 200 y 300 metros cuadrados, que se puedan dividir en varios pisos con la misma edificabilidad, y después, trabajar el micro urbanismo, manzana por manzana vendo cómo podemos igualar alturas, y por lo tanto, generar un proceso de transformación más a medio plazo que la ciudad puede asumir.