Hila y Armengol dejan a Mallorca fuera de la carrera por el Mundial 2030
Govern y Ajuntament ni siquiera se plantearon presentar Son Moix como posible sede para la Copa del Mundo
15 estadios han llegado a la criba final, entre ellos El Molinón de Gijón y el Gran Canaria en Las Palmas
Mallorca también se autoexcluyó del Mundial 82 y perdió la oportunidad de que el Lluís Sitjar fuera remodelado
El Real Mallorca tampoco ha apretado en absoluto para presentar una candidatura
Mallorca ha renunciado a la carrera por sede una de las sedes del Mundial 2030 que quieren organizar de manera conjunta España y Portugal. Armengol e Hila ni siquiera se plantearon la posibilidad de presentar una candidatura que hubiera puesto a la isla en el mapa futbolístico internacional. 15 estadios han dado el pasado, entre ellos alguno como El Molinón en Gijón o el Gran Canaria en Las Palmas con los que hubiera podido competir un Son Moix remodelado. Se repite de esta forma la historia del Mundial 82, al que también despreció Mallorca.
A finales de la década de los 70, cuando ya se sabía que España iba a organizar el Mundial de 1982, se le ofreció a Mallorca la posibilidad de albergar una sede. Es más, se le dio el privilegio de elegir si quería ser la ciudad anfitriona de la selección alemana o de la selección inglesa atendiendo a que estos dos países nutrían las islas de turistas cada verano.
La oportunidad era increíble porque el Lluís Sitjar se hubiera remodelado de arriba a abajo y el Mallorca hubiera conservado su estadio en el centro de la ciudad, pero el alcalde de la época, Paulino Buchens, de la UCD, no quiso apostar por el proyecto y guardó en un cajón el informe. El resultado fue que, por supuesto, Mallorca se quedó sin sede. Alemania se marchó a Asturias mientras que Inglaterra se quedó en el País Vasco. Aquel fue un error político gravísimo.
40 años después la historia vuelve a repetirse. Mallorca ni siquiera se ha planteado entrar en la criba de posibles sedes para la candidatura conjunta de España y Portugal a la Copa del Mundo de 2030 como sí han hecho otras ciudades. La elección final permitirá a 11 estadios españoles y cuatro portugueses acoger los partidos del Mundial.
¿Cuál era el requisito? Contar con un estadio de 40.000 plazas y, por supuesto, disponer del visto bueno político. Ni una ni otra cosa se han producido y se ha vuelto a desperdiciar una oportunidad histórica de tener un Son Moix de primer nivel que no sólo pueda acoger partidos de un Mundial, sino finales de Copa del Rey o incluso finales europeas.
Y, lo más importante. En 1982 el coste de la remodelación de los estadios lo acabó pagando el estado, no los clubes. Mallorca no quiso dar el paso para no endeudarse y al final se quedó con un Lluís Sitjar obsoleto.
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- Francina Armengol