Guerra interna en la asociación balear de guías turísticos: el vicepresidente denuncia al presidente

Guerra interna en la Asociación Balear de Guías Turísticos (ABGT) tras la denuncia presentada por su vicepresidente, José Antonio Sobreviela, contra el presidente del Colegio Oficial de Guías Turísticos (COGTIB) Pedro Oliver, por una supuesta agresión e intrusismo profesional al «desarrollar su actividad profesional con graves irregularidades», según un comunicado de esta entidad.

Según informó en la tarde de hoy la ABGT, los hechos que han sido ya puestos en conocimiento de la autoridad policial, y que serán trasladados a la judicial, tuvieron lugar el pasado 16 de abril cuando el vicepresidente de la asociación, José Antonio Sobreviela, localizó al presidente de colegio, «realizando una actividad turística irregular, utilizando para ello un turismo de nueve plazas» no autorizado para este servicio.

De acuerdo con la ABGT, «al verse sorprendido, Oliver habría reaccionado violentamente contra Sobreviela, quien denuncia agresiones físicas y el intento de sustracción de su teléfono móvil y las imágenes del servicio turístico presuntamente ilegal que contiene».

La ABGT ha asegurado que el colectivo del taxi también ha emprendido acciones por este motivo, denunciando ante la Conselleria de Movilidad una práctica ilegal por lo que implica de intrusismo.

Para la Asociación Balear de Guías Turísticos, «no es de recibo que una institución que se promociona como un ente público intergubernamental y que dice luchar contra el intrusismo, tenga a su propio presidente realizando, presuntamente, este tipo de actuaciones».

La Asociación Profesional de Informadores Turísticos de Mallorca fue creada en el año 1977, y se amplió con la incorporación de las otras islas del archipiélago, convirtiéndose en la Asociación Profesional de Informadores Turísticos de las Islas Baleares en 1985. En la actualidad cuenta con más de 235 profesionales que ejercen como Guías Turísticos de las Islas Baleares.

Una de las actividades centrales de la entidad es precisamente la denuncia del intrusismo profesional que, en este caso, ha derivado en una guerra interna en el seno de la propia asociación.