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El fraude de la libre elección de lengua en Baleares: 16 horas en catalán y sólo 6 en español

Aunque los padres elijan el español para la primera enseñanza, los centros sólo ofrecerán el 25% de las clases en esta lengua

Plis Educación exige a Prohens que exija igualdad de horas lectivas en una y otra lengua en primera enseñanza

  • Indalecio Ribelles
  • Redactor de OKBaleares, información local de Palma, social y política. Antes, redactor en EL MUNDO/ Baleares durante 20 años.

El fraude de la libre elección de lengua en Baleares: 16 horas en catalán y sólo seis en español. Esto es lo que se encontrarán los padres que opten por elegir el castellano como lengua de primera enseñanza de sus hijos a los tres años de edad.

Así sucederá el próximo curso escolar si el Govern de Marga Prohens no obliga, y no parece que ésa vaya a ser su intención, a la dirección de los centros escolares a aplicar al alza las horas dedicadas a la lengua de primera enseñanza fijadas por la orden del 13 de septiembre de 2004. Esta orden regula el derecho de los padres a elegir la lengua de primera enseñanza de los alumnos de los centros sostenidos con fondos públicos de las Islas Baleares.

Es una norma no derogada que establece que la atención a los alumnos que elijan catalán o español como lengua de primera enseñanza ha de ser de un mínimo de 6 horas y un máximo de 16, sin distinciones de una u otra lengua.

Si durante los pasados ocho años de Gobierno socialista la imposición e inmersión lingüística era del 100% en catalán y no había opción alguna de elegir estudiar en castellano, ahora que la hay, la dirección del grueso de centros públicos tiene decidido aplicar a los que optan por español el mínimo de seis horas (menos del 25%) y a los que opten por el catalán la horquilla máxima, un total de 16 horas.

Como denuncia la entidad de docentes Plis Educación, «los centros no han de establecer ningún tipo de discriminación, ni se puede permitir que a los que elijan catalán como lengua de enseñanza den el 100% del horario lectivo en esta lengua, y a los que opten por el castellano, sólo 6 horas».

Por ello el colectivo exige al conseller de Educación del PP, Antoni Vera, que la horquilla en ambos casos sea la máxima o la mínima, pero la misma en una lengua que en otra.

«Nosotros lo que decimos es que lo que no puede ser es que los que elijan catalán reciban el 100% de las clases en esa lengua, y a los que elijan castellano, se les ofrezcan seis horas nada más».

El temor de este colectivo docente está más que fundado, si tenemos en cuenta que el Govern de Prohens está haciendo todo lo posible para no molestar al nacionalismo lingüístico y mantener así intacta la inmersión lingüística en catalán.

Como esta misma semana denunció esta entidad, cuando faltan días para que se abra el periodo de matriculación, el Ejecutivo balear no ha realizado ninguna campaña dirigida a informar a las familias del derecho a elegir el español como lengua de aprendizaje, ni cómo pueden ejercer este derecho.

Ni siquiera se ha enviado una carta dirigida específicamente a las familias con hijos de tres años que pueda favorecer que el próximo curso se inicie con grupos de clase con el castellano como lengua de aprendizaje.

Si bien, y a diferencia del Ejecutivo de Armengol los impresos de la escolarización para niños de tres años incluyen para el próximo curso escolar las dos casillas para la elección de lengua, en la práctica, para aquellos que opten por el español sólo seis de las 25 horas lectivas semanales serán en esta lengua, 16 en catalán, y las tres horas restantes en la lengua por la que opte el colegio, la mayoría, también en catalán.

Como recuerda Julián Ruiz Bravo de Plis Educación en el Decreto de Mínimos, incluso «se especifica que si los padres quieren, la enseñanza puede ser en grupos diferenciados, optando por la enseñanza en ese idioma exclusivamente, sin compartir con otro grupo, pero a fecha de hoy, no sabemos si esto se va a cumplir o no».

A ello hay que añadir que esta plataforma docente augura que se van a producir llamadas de los directores a los padres que «hayan osado elegir el castellano, para mentirles y decirles que son los únicos que la han elegido» a fin de coartarles la libertad de elección.