OkBaleares

El fiscal dejó escapar a Cursach tras una misteriosa desaparición de todas las pruebas del sumario

Discos duros, grabaciones de audio, vídeos y documentos desaparecieron del escrito de acusación antes del juicio

El fiscal Herranz exculpó de todos los delitos a Cursach y centró sus esfuerzos en desacreditar a los testigos

Dos policías locales denuncian al fiscal que dejó escapar a Cursach tras acusarlo de 15 delitos

El fiscal anticorrupción Tomás Herranz exculpó entre lágrimas al empresario de la noche Bartolomé Cursach y a los demás acusados en el juicio celebrado en la Audiencia de Palma el pasado año tras la sorprendente desaparición del sumario de todas las pruebas contra los acusados. El juicio se celebró sólo con testigos y sin que se exhibiera ninguna prueba. Discos duros, grabaciones, documentos, informes, denuncias y hasta documentos sobre ruedas de reconocimiento habían desaparecido del sumario.

Una vez desaparecidas  todas las pruebas de convicción y después de haber borrado decenas de folios del sumarios, la Fiscalía Anticorrupción decidió dos semanas antes del juicio rebajar de 8,5 a 1,5 años de cárcel su petición de pena para el empresario del ocio nocturno al que inicialmente atribuía delitos de pertenencia a grupo criminal, prevaricación y coacciones en una trama corrupta junto a policías locales de Palma que beneficiaban sus negocios.

El juicio se inició el 13 de junio tras una larga instrucción desarrollada por el juez  Manuel Penalva y el fiscal Miguel Ángel Subirán, los dos ahora acusados y pendientes de juicio por supuestos indicios de haber presionado a testigos e investigados y decretar «indebidas» detenciones y encarcelamientos durante la instrucción del caso.

Durante el juicio al capo Cursach y los otros 15 acusados, los fiscales Anticorrupción Tomás Herranz y Juan Carrau centraron sus esfuerzos en desacreditar a los testigos y en buscar acusaciones contra los instructores del caso, Penalva y Subirán, y la realidad es que lo consiguieron: Cursach ha pasado de estar acusado de hasta quince delitos graves a salir absuelto de todo mientras que los instructores Penalva y Subirán se enfrentan a un juicio.

Es el mismo fiscal que entre lágrimas pidió perdón por las acusaciones y dejó escapar al capo de la noche, Bartolomé Cursach, y a todos los acusados de múltiples delitos, quien ahora firma el escrito en el que pide apertura de juicio oral contra Penalva y Subirán. En el escrito remitido al Tribunal Superior de Justicia de Baleares el pasado 18 de enero,  Herranz y el otro fiscal anticorrupción, Fernando Bermejo, solicitan 118 de prisión para Penalva y  121 años para Subirán.

El fiscal Herranz pasó en pocos meses de acusar a Cursach a pedirle perdón por haberle acusado y ahora a actuar contra el juez Manuel Penalva que instruyó el caso junto al fiscal Subirán. Herranz se ha convertido en el auténtico defensor del capo Cursach. 

A tenor de los datos que se van conociendo todo indica que desde el principio la misión era cuestionar y desacreditar a los testigos, exculpar a todos los acusados y actuar contra los instructores Penalva y Subirán. De hecho, para poder procesar a Penalva y Subirán era preciso exculpar a los acusados dado que si eran condenados se avalaba el trabajo de los instructores.

La desacreditación de los testigos ya ha tenido una primera consecuencia como es la denuncia presentada por dos policías locales de Palma ante la Fiscalía General del Estado contra el fiscal Tomás Herranz. En su denuncia los dos agentes que fueron testigos de la propia Fiscalía en el juicio, acusan a Herranz de «cometer los delitos de injurias y calumnias» al imputarles toda una serie de hechos delictivos «sin ningún tipo de sustento probatorio, de forma totalmente falsaria, aparentemente habiendo incluso predispuesto previamente la prueba a tal fin, y con claro conocimiento de su falsedad y un temerario desprecio hacia la verdad, con intención de desprestigiar y desacreditar el buen nombre, imagen y reputación».

Entre otras cuestiones, citan el hecho de que el fiscal Herranz los acusara de hechos tan graves como «haber recibido sobornos, de haber realizado actos de presión sobre locales de Cursach, de falso testimonio, de obstrucción a la justicia, y de haber mantenido una relación íntima con el fiscal instructor, Miguel Ángel Subirán».

Las acusaciones de Herranz contra los policías parece que no tienen ningún sustento y que incluso son contradictorias. Les acusó durante el juicio de actuar contra Cursach sin la debida justificación y al mismo tiempo  les acusó de aceptar sobornos de Cursach, un soborno que se traducía en tener pases VIP del gimnasio Megasport, propiedad de Cursach. El informe de la Guardia Civil concluye que es falto que tuvieran la supuesta tarjeta VIP.

Herranz también acusó a uno de los dos policías, casado y con tres hijos, de tener una relación sentimental con el fiscal Subirán, algo que se ha demostrado que es totalmente falso.