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La empresa municipal de limpieza de Palma quiere cambiar el «ineficaz» sistema de recogida de trastos

La dirección de Emaya estudia "distintas posibilidades para hacerlo más eficiente"

El implantado por el exalcalde socialista Hila ha convertido Palma en la ciudad más sucia de España

  • Indalecio Ribelles
  • Redactor de OKBaleares, información local de Palma, social y política. Antes, redactor en EL MUNDO/ Baleares durante 20 años.

La dirección de la empresa municipal de limpieza (Emaya), que dirige el concejal de Medio Ambiente, Sostenibilidad, Espacios Naturales y Bienestar Animal del Ayuntamiento de Palma, Llorenç Bauzà (PP), quiere cambiar el «ineficaz» sistema de recogida de trastos implantado por el anterior gobierno de izquierdas hace dos legislaturas y que es una de las razones por las que la capital balear se ha convertido en la ciudad más sucia de España, según un informe de la OCU.

De hecho, este verano el propio alcalde de Palma, Jaime Martínez, en la presentación del plan de choque de limpieza, ya avanzó la voluntad del gobierno municipal de cambiar el modelo actual puesto en marcha por la hoy concejal separatista en la oposición de Més, Neus Truyol, cuando era presidenta de Emaya hace dos legislaturas, y que degradó la imagen urbana de la capital balear hasta extremos nunca vistos.

La actual dirección de la compañía reconoce que el sistema «no es eficiente» y que «están estudiando las posibilidades» de cambiarlo aunque sin concretar más al respecto.

El modelo actual de recogida de voluminosos de un día por semana y barrio implantado en 2016 por el ex alcalde socialista José Hila fue muy criticado por las formaciones de la oposición hoy en el gobierno como PP, entidades vecinales, comerciantes, ya que provocó desde el primer día la acumulación irregular de toda clase de enseres y trastos en el entorno de los contenedores de basuras y permanecían en la vía pública durante días hasta que los operarios de Emaya procedían a su retirada.

Era la consecuencia lógica del paso de un sistema diario y domiciliario de recogida de trastos a otro que restringe a una sola jornada de la semana la retirada de los mismos en los diferentes barrios de Palma.

Y los problemas siguen existiendo pese al incremento notable de las sanciones (entre 30 y 750 euros) por incivismo de hasta un 20% en 2022 (casi 700 multas) y de una discreta mejora del servicio, ni mucho menos  suficiente, como se puede comprobar en cualquier barrio del Ensanche de Palma.

El problema añadido que tiene la actual dirección del PP en Emaya para mejorar el sistema de recogida de tratos o cambiarlo, por otro modelo, es que tendrán que desarrollarlo y ejecutarlo los altos cargos de la compañía (encargados, responsables de sector, de departamento, directores de área) que la anterior dirección socialista colocó a dedo.

Unas jefaturas de servicio hasta ahora de libre designación y revocación por la dirección política de la compañía, cuyas plazas el ex presidente socialista de Emaya, Ramon Perpinyà, convirtió directamente en fijas. Todo ello por obra y gracia de un proceso de estabilización con muchas sombras y que hasta ahora nadie ha impugnado en los tribunales.

De hecho, el PP los está manteniendo en el cargo, porque más allá de presidente y gerente, Lorenzo Morey, no ha nombrado a nadie más.

Serán los jefes y directores de área colocados por el PSOE que han convertido a Palma en la ciudad más sucia de España los que ahora tengan que sacarla del pozo y desarrollar el nuevo modelo de recogida de trastos que pretenda implantar el PP

Un asunto que, por cierto, será debatido además en el pleno que el Ayuntamiento celebrará el próximo jueves día 30, donde el PSOE ha presentado una pregunta oral dirigida al presidente de Emaya sobre si va a mantener el actual sistema de recogida de voluminosos (trastos) y en caso contrario, que explique «el modelo que tiene pensado implementar».