El colegio Montesión celebra su fin de curso y desaparece tras la expulsión de los jesuitas de Mallorca
La Compañía de Jesús ha decidido de forma inexplicable cerrar el colegio más antiguo de la orden en todo el mundo
El colegio, el convento, el claustro y la iglesia de inmenso valor patrimonial se han cedido a una empresa privada

Es 20 de junio, fecha en la que finaliza el curso escolar y en la que se cierran las aulas hasta el próximo mes de septiembre. Nada nuevo en principio, lo mismo de cada año. En el centro histórico de Palma, no obstante, ha sido un día muy especial dado que el emblemático colegio de Montesión, de la Compañía de Jesús, no sólo ha dado fin al curso escolar, sino que ha cerrado sus puestas de forma definitiva tras casi cinco siglos de existencia.
Era, además, el colegio más antiguo de los jesuitas en todo el mundo. El cierre de Montesión marca un hecho trascendente en la historia de una ciudad de Palma que está perdiendo a marchas forzadas todas sus raíces y marca un hecho capital en la historia de la Compañía de Jesús.
Montesión, ubicado en el centro histórico de Palma, ha cerrado las puertas en silencio, sin que los vecinos de la zona se percataran de la trascendencia del momento y sin saber que el bullicio de los alumnos a la salida de clases ya no volverá el próximo mes de septiembre.
Al mediodía de este viernes abandonaban el centro los últimos alumnos de Bachillerato que asistían a las últimas clases de repaso y el colegio cerraba sus puertas definitivamente en cumplimiento de una inexplicable decisión de la dirección de la Compañía de Jesús en Madrid, como ha sido la de cerrar el convento, el colegio y la iglesia de inmenso valor patrimonial para cederlo todo a una empresa privada para convertirlo en no se sabe muy bien qué. Tal vez una residencia o tal vez un hotel.
La misma dirección de la Compañía de Jesús no sólo ha decidido cerrar el colegio, sino que además ha optado sorprendentemente por expulsar de Mallorca a los jesuitas, a una decena de padres, todos menos uno en activo, que prestaban un servicio religioso, educativo y de diversa índole en la ciudad.
Desaparece el antiguo Montesión. Ahora toda la docencia se traslada a Son Moix, conde se ha construido un nuevo edificio para Bachillerado. Será a partir de ahora un colegio de jesuitas sin jesuitas.
Fue en 1561 cuando llegó en barco a Palma un grupo de jesuitas desde Roma enviados por el entonces general de compañía. En Roma estaba Jerónimo Nadal, que era mallorquín y que presionó mucho para que los jesuitas se instalaran en Mallorca. El Ayuntamiento les recibió con los brazos abiertos y les regaló una capilla que albergaba un valioso retablo gótico. Ocuparon unas casitas que había en el mismo lugar y con el tiempo fueron comprando toda la manzana de Montesión. La construcción de la iglesia se inició a finales del XVI y se terminó en 1682.
Así nació el colegio de Montesión, que este viernes ha desaparecido. La historia se remonta a hace cinco años cuando se presentó el denominado Plan Montesión. Tanto la iglesia de Montesión como el claustro y la parte más antigua del convento y del colegio presentan deficiencias arquitectónicas y requieren una restauración.
La Compañía de Jesús fue advertida del mal estado de todo el conjunto histórico precisamente por la Asociación de Antiguos Alumnos. La dirección de los jesuitas se hizo cargo de la situación y lanzó el Plan Montesión, que consistía básicamente en el cierre del colegio, el más antiguo de la compañía en todo el mundo, y la cesión de la iglesia y la mayor parte del convento por un periodo de 70 años a una empresa privada para crear, en principio, una residencia asistida de personas mayores.
A cambio de la cesión de todo el conjunto de 9.000 metros cuadrados, la empresa privada asumía la restauración de todo el conjunto histórico, incluido el claustro, la iglesia y las partes más antiguas del convento y el colegio. En el proyecto inicial se contemplaba reservar una parte del recinto a la comunidad de los jesuitas. Nada se dijo entonces de cerrar el convento y enviar los padres a la península.
La sorpresa llegó a principios de junio de 2024
La sorpresa llegó a principios de junio de 2024 cuando el padre provincial, Enric Puiggròs, se desplazó a Palma para comunicar a los diez padres jesuitas que debían abandonar Mallorca y trasladarse a la península.
La reserva de una espacio para la comunidad de padres jesuitas de Mallorca, además, desapareció misteriosamente del proyecto inicial de reforma del denominado Plan Montesión.
La noticia del cierre del convento causó estupor y sorpresa entre los jesuitas de Mallorca. Dos de los padres pudieron evitar el exilio y han sido acogidos por los franciscanos en el convento de la Porciúncula. Uno de ellos es el padre Miguel Garau, el último jesuita de Mallorca, que declaraba recientemente a este medio que la dirección de la Compañía de Jesús no había dado ninguna explicación convincente ni sobre el cierre del colegio ni sobre la expulsión de los jesuitas de Mallorca.
También explicaba que el hecho de que el convento necesitara una restauración no es ninguna excusa. «Cerca de Montesión está San Francisco y San Agustín, que son más antiguos y que en ningún momento se han planteado el cierre», señalaba el padre Garau.