Los caleseros de Palma al Ayuntamiento: «Si no quieren coches de caballos, que nos den un taxi»
Recuerdan que tienen licencias vitalicias y hereditarias: "No queremos calesas eléctricas, ni una indemnización"
Lamentan la falta de alternativas que les da el Consistorio, que el jueves votará en el pleno la eliminación del servicio


Los caleseros de Palma al Ayuntamiento de Palma: «Si no quieren coches de caballos, que nos den un taxi», afirma su portavoz, Venancio Vargas. Es la respuesta contundente de este colectivo a los grupos políticos municipales que en el pleno del jueves 27 de marzo votarán sendas mociones presentadas por los independentistas de Més y de Vox, en las que se insta a la eliminación de este servicio que está presente en las calles de Palma desde 1958, coincidiendo con el inicio de la actividad turística. En principio, todo apunta a que la propuesta de Vox saldrá adelante con el aval del gobierno municipal en minoría del PP, que encabeza el alcalde Jaime Martínez.
En Palma quedan 28 coches de caballos, 23 que ofrecen su servicio en el centro de la ciudad y cinco más en la zona turística de Playa de Palma. Entre las propuestas que se barajan figura la conversión de las actuales calesas en eléctricas, cosa que los caleseros rechazan de manera rotunda.
«En ningún caso queremos calesas eléctricas ni una indemnización económica, tenemos una licencia vitalicia y hereditaria», remarca Vargas, que recuerda que «estas licencias han dado de comer a más de tres generaciones y si nos quieren cambiar, queremos una licencia de taxi».
En este sentido, Vargas asume que los titulares de licencia se comprometan a «utilizar un coche verde (eléctrico) y también sería un servicio de interés social, porque todos sabemos la falta de taxis en Palma y más sacando cada año licencias provisionales».
Si bien el servicio está tocado por las normativas de protección animal cada vez más restrictivas, las prohibiciones de circular cuando se declaran alertas amarillas, naranjas o rojas por altas temperaturas, la poca actividad turística en invierno y menos días de trabajo en verano, lo que provoca que la situación de este servicio sea cada vez más complicada, Vargas precisa que es rentable.
«El servicio de calesas es rentable porque hay licencias que dan de comer a dos familias enteras y todos en verano no paramos de ver calesas circular en el centro de Palma», señala. Pero, en este sentido, lamenta que «el que hace insostenible el servicio es el mismo Consistorio».
El portavoz de los caleseros de Palma denuncia que durante 10 años «nos hayan puesto medidas para asfixiar al sector, muchas de ellas derogadas por vía judicial, todo con la excusa de que es por el bienestar del animal como el decreto de avisos meteorológicos, que cubre toda la zona sur de la isla… Pero que haya alerta amarilla en Andratx o en Ses Salines no perjudica en nada a un caballo de Palma y, sin embargo, no puedo salir a trabajar ese día y sin ningún tipo de compensación».
A este respecto, Vargas recuerda que estas medidas fueron puestas por el anterior equipo municipal de gobierno, aunque «el actual, que en su momento votó en contra, hoy en día no las quita, ni busca alternativas», critica este conductor de coches de caballos.
Finalmente, Vargas advierte de que son 40 familias en el sector, «cada una con sus problemas como cualquier casa (enfermos, niños, ancianos…), pero no podemos permitirnos que llegue un verano donde salgan muchos avisos de alertas amarillas que luego nunca llegan a confirmarse y tener después un gran problema»
«Somos personas humildes y trabajadoras, y queremos que esto se tenga en cuenta. Si de verdad quieren hacer un cambio, que el Consistorio actual cumpla con sus obligaciones con el servicio», apostilla el portavoz de los caleseros de Palma.
Entre las propuestas que en el pleno del jueves están sobre la mesa para avanzar en consensos políticos sobre el futuro de este servicio, figura la creación de una mesa de diálogo y negociación para implantar alternativas. Estaría formada por todos los partidos con representación municipal, por representantes de los trabajadores de las galeras y de entidades animalistas.