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El bluf de la depuradora de Palma que Armengol vendió a bombo y platillo: es más pequeña que la actual

  • Indalecio Ribelles
  • Redactor de OKBaleares, información local de Palma, social y política. Antes, redactor en EL MUNDO/ Baleares durante 20 años.

La nueva depuradora de Palma (EDAR II), que el PSOE de Francina Armengol vendió a bombo y platillo y que sustituirá a la actual cuando arranquen y concluyan unas obras cuyo inicio aún se desconoce, es más pequeña y tendrá menor capacidad de tratamiento de aguas residuales (60.000 metros cúbicos día) que la obsoleta instalación del barrio palmesano del Coll den Rabassa (80.000), habilitada hace medio siglo y que será sustituida por aquella.

Una vez que entre en funcionamiento, en su primera y única fase que está presupuestada y prevista en estos momentos por el Gobierno de Pedro Sánchez, la capacidad de esta estación depuradora de aguas residuales estará por debajo de la actual y, por tanto, de las necesidades en materia de depuración que requiere la capital balear, pero no ya de futuro sino de presente.

Desde 2009, hace ya nada menos que casi 15 años, lleva el Ayuntamiento de Palma, a través de la Empresa Municipal de Aguas y Alcantarillado (Emaya), batallando con el hoy denominado Ministerio para la Transición Ecológica y la sociedad mercantil estatal Aguas de las Cuencas de España (ACUAES) adscrito a aquel para lograr una depuradora con capacidad de 110.000 metros cúbicos.

Una instalación que satisfaga las necesidades de los más de 420.000 palmesanos y de sus miles de turistas, tal y como preveía el primer proyecto presentado por el ex concejal del PP en aquel entonces y presidente de Emaya, Andreu Garau.

Sin embargo, lejos de lograr ese objetivo y con el fin de colgarse fotos y medallas después de dos legislaturas con continuos cierres de playas por vertidos de aguas sucias en plena temporada turística dada la falta de capacidad de tratamiento de la actual instalación, la ex presidenta del Govern, Francina Armengol, y el ex alcalde socialista de Palma José Hila se conformaron con lo que les ofreció el Ministerio: una depuradora que en una primera fase tendrá una capacidad de tratamiento de 60.000 metros cúbicos día.

Sólo en una segunda fase de la nueva instalación, de la que se desconoce todo dado que no está presupuestada, se alcanzarán 90.000 m3/día, lo que supone una capacidad en términos de carga contaminante equivalentes a un millón de habitantes.

Si la nueva depuradora no se ajustará a las necesidades de Palma, mención aparte merece su coste final, sobre el que existen múltiples dudas. Hace un año, en noviembre de 2022, ACUAES adjudicó el contrato de redacción del proyecto, ejecución de las obras y puesta en marcha de depuradora de Palma II por un importe de 118.172.363 euros a una UTE formada por las empresas Tedagua, Copasa y Lantania.

Pero a este montante, hay que sumar entre 70 y 80 millones de euros que costará el esperado emisario cuya construcción está en el aire, dado que el proyecto fue encargado la primavera pasada.

Vendrá a sustituir al emisario actual, pero tendrá una mayor longitud para garantizar la protección de la biodiversidad marina de la zona. Un total, en concreto, de 6.655 metros (1.685 del tramo terrestre y 4.970 del tramo marino) con un punto de vertido posterior a la pradera de posidonia existente en la bahía de Palma.

Es el que permitirá la evacuación de los excedentes que se produzcan en la  EDAR, así como proporcionar una vía de eliminación de las aguas de lluvia o mixtas que, a causa de fuertes precipitaciones, pudieran superar su capacidad de tratamiento y, con ello, provocar riesgo de vertidos directos.

Y en cuanto a los plazos, los adjudicatarios tenían seis meses para redactar el proyecto, 30 para hacer las obras y 12 meses más para probar y ajustar su funcionamiento, pero por ahora, se desconoce cuándo arrancarán estos trabajos.