El barítono Simón Orfila y el flautista Rafael Adobas, el toque clásico de un concierto-recital identitario

Es más que evidente el compromiso de nuestra Orquesta Sinfónica con los acontecimientos vinculados al perfil de la sociedad balear y por ello, nada tiene de extraño implicar su temporada de abono en las actividades propias del Día de las Islas Baleares hasta el punto de ofrecer un concierto gratuito -insisto, formando parte de la temporada de abono- con presencia de todas las islas, en una suerte de recital identitario que remitía su carácter clásico a dos participantes: el barítono Simón Orfila y el flautista Rafael Adobas. 

El jueves 27, víspera de la ceremonia de entrega de las Medallas de Oro y los Premios Ramon Llull que otorga la Comunidad Autónoma de Baleares, la Sinfónica (OSIB) se implicaba en la multitud de actos programados con motivo del Día de las Islas Baleares. Entre el público se encontraban Pedro Vidal, secretario autonómico de Cultura, y Llorenç Galmés, presidente del Consell de Mallorca. A la que no vi fue a la presidenta del Govern, Marga Prohens, y eso que al día siguiente, en su discurso institucional, tuvo palabras de elogio para la OSIB y entiendo que al decir «internalización», lo que en realidad quería transmitirnos era su «internacionalización», pues la orquesta ya está internalizada en la estructura del Govern desde el 2014 gracias al presidente José Ramón Bauzá, que la salvó de su desaparición.

Lo de internacionalizarla imagino que tiene que ver con la Caja de Música y futura sede de la OSIB, cuya inauguración en 2027 es un compromiso de legislatura. En cualquier caso, la presencia de Vidal y Galmés se entiende suficiente y más teniendo en cuenta que el programa era previsible.

Como es habitual en estas ocasiones híbridas, la OSIB abrió velada con el legado folclórico del compositor palmesano Baltasar Samper, acudiendo a los contenidos de su suite sinfónica Canciones y danzas de Mallorca, no en vano Samper también fue un prestigioso etnomusicólogo. La ocasión sí reclamaba como obertura Mallorca, Festes. Acto seguido la velada nos reclamaba juntar las piezas que dieran sentido a su carácter interinsular. El primero en salir fue el flautista ibicenco de origen filipino Rafael Adobas, quien además de prolongar el espíritu clásico de la noche, también es un reputado solista: en 2022 ganó el Concurso Internacional de flauta de Kobe, debutando aquel año en el neoyorquino Carnegie Hall. Brillante su interpretación de Carmen Fantasía Brillante, la pieza para flauta y piano más conocida del compositor francés del siglo XIX, François Borne.    

El turno siguiente fue para Ressonadors, por cierto reconocidos en el año 2011 con el Premio Ramon Llull, de manera que eran excelsos participantes. 

Al menos en sus comienzos Ressonadors se convertían en continuadores de UC y Aires Formenterencs, auténticos revitalizadores del folclore de Ibiza y Formentera. Interpretaron tres temas de su álbum de 2008 Ressonadors Simfònic. Una vez cumplido el compromiso con los embajadores pitiusos, ahora tocaba hacer lo propio con Mallorca, complementando a Samper con  una voz femenina de la isla. Me atreveré a suponer que inicialmente Maria del Mar Bonet era la candidata, que no pasa precisamente por un momento óptimo de salud a sus 77 años. Así las cosas, ella sugirió como alternativa, contactar con la valldemossina de 27 años Júlia Colom, formada en el Taller de Músics de Barcelona, en la especialidad de jazz, de ahí aquellos singulares fraseos en su manera de exponer contenidos de su álbum de 2023 Miramar, contemplando obra propia y canciones de la Mallorca preturística que ella misma se encargó de recopilar convertida en una suerte de réplica del folclorista estadounidense Alan Lomax, quien por cierto recaló en el Hotel del Artista de Valldemossa en los años 50.

Así llegábamos al plato fuerte de la noche con la presencia del barítono de Menorca, Simón Orfila, reconocido este 2025 como la Mejor Voz del Año por la asociación Ópera XXI. Magníficos sus paseos por Codina, Verdi y  Rossini, una exhibición que ratificaba su buen momento de voz. Y después a cumplir con el componente emocional del momento, acudiendo a dos de las habaneras menorquinas de Ortega Monasterio arregladas para orquesta por Salvador Brotons, director titular de la OSIB en dos ocasiones. 

Como curiosidad, Orfila interpretó la habanera Escolta el vent en versión sinfónica y la noche siguiente, en el solemne acto de la Lonja de Palma, la repitió de nuevo, esta vez acompañado al piano. That’s All Folks!