El Ayuntamiento de Palma pierde la batalla judicial contra el monumento al crucero Baleares
El TSJB no admite el escrito de queja presentado por el gobierno de socialistas e independentistas contra su protección
Todo apunta a que el Tribunal Supremo inadmitirá el recurso de Memoria de Mallorca y zanjará el caso
El juez tumba los recursos del PSOE y salva el monumento de Sa Feixina en Palma porque ya «no es franquista»
Ayuntamiento de Palma y Consell de Mallorca pierden la batalla judicial emprendida para impedir la protección del monumento al crucero Baleares, situado en la plaza de Sa Feixina de la capital balear, al no admitir el Tribunal Superior de Justicia de Baleares (TSJB) el escrito de queja presentado por ambas administraciones.
Se trataba de una última baza judicial en esta cruzada emprendida por socialistas, independentistas y populistas de Podemos para lograr el derribo de este monolito adaptado en 2010 a la Ley de Memoria Histórica por la exalcaldesa socialista de Palma, Aina Calvo, y el resto de fuerzas políticas municipales.
Una batalla judicial que se ha saldado para el gobierno municipal e insular, gobernado por las mismas fuerzas políticas, con un doble varapalo del TSJB. El primero, al rechazar la primavera pasada el recurso de casación interpuesto contra la sentencia del Juzgado de lo Contencioso número tres que declaraba el monolito de Sa Feixina «como bien catalogado del patrimonio histórico de las Illes Balears».
Y en esta ocasión, por dar el mismo tribunal idéntica respuesta al escrito de queja presentado y anunciado a bombo y platillo por el alcalde José Hila.
Un broche sonrojante al recorrido judicial del caso para los servicios jurídicos del Ayuntamiento de Palma y Consell de Mallorca, dado que el recurso de casación contra la sentencia que protegía el monumento fue rechazado por no estar preparado ni justificar en modo alguno que hubiese fundamentos jurídicos válidos, contradictorios y suficientes para que pudiese prosperar.
Es decir, no fue preparado de forma adecuada por los letrados municipales e insulares, quienes no aportaron nada que pudiera dar base a su admisión a trámite. En realidad, todo hace indicar que fueron forzados a seguir litigando contra viento y marea por los políticos socialistas e independentistas que gobiernan ambas administraciones, que con dinero público han venido sosteniendo esta batalla en los tribunales sin fundamento algo.
Para dar carpetazo definitivo en los tribunales a este caso, sólo queda pendiente la decisión del Tribunal Supremo de si admite o no a trámite el recurso de Memoria de Mallorca contra la misma sentencia del TSJB que protegía el monumento. Aunque todo hace indicar que correrá la misma suerte que los escritos de quejas presentados por ambas administraciones ante el Tribunal Superior de Baleares.
Pese a la sentencia judicial que ordena su protección, la cruzada de la izquierda y los independentistas de Baleares contra el monumento se mantiene intacta, aunque con escasa capacidad ya de maniobra. Sin ir más lejos, esta obra del arquitecto mallorquín Francisco Roca Simón no figura como catalogada en la revisión ahora en curso del nuevo planeamiento urbano de Palma.
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