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El aumento de pasajeros por la gratuidad de la EMT de Palma dispara la ansiedad y bajas de conductores

El incremento del 45% del número de usuarios estresa una plantilla que no da abasto

La tasa de absentismo está ya en una media del 12%, el doble de la de Baleares

  • Indalecio Ribelles
  • Redactor OKDIARIO en Baleares, información local de Palma, social y política en general. Antes, redactor en EL MUNDO/ Baleares durante 20 años.

El aumento de pasajeros por la gratuidad de la EMT de Palma dispara la ansiedad y bajas de conductores situándose el absentismo laboral entre los 650 conductores de la compañía municipal en torno al 12%, el doble que la media de las empresas de Baleares.

El sobresaliente incremento del número de usuarios desde la implantación en 2023 de la gratuidad del transporte público en la capital balear, está provocando serios problemas de salud en la plantilla de una compañía municipal, cuyos conductores no dan abasto para poder cumplir las frecuencias horarias de paso de las principales líneas del transporte público palmesano.

El estrés y ansiedad acumulada a lo largo del día, empieza a hacer mella en unos chóferes que se ven obligados a pasar de largo en muchas paradas, al no poder recoger más pasajeros en unos vehículos atestados. Esto provoca después, las quejas y molestias de los miles de usuarios que se quedan en tierra, y que descargan su enfado y malestar contra otros conductores, que no tienen culpa alguna de lo sucedido.

Literalmente es que la flota de la empresa pública, de en torno a 180 autobuses, no da para más ante la alta demanda diaria.

Las quejas de los sindicatos a la dirección de la compañía presidida por el concejal del PP, Antoni Deudero, y la necesidad de buscar vías para encontrar una solución, están ya sobre la mesa de un presidente que hace menos de un año, se puso al frente de una empresa municipal abandonada a su suerte, por la anterior dirección socialista.

Hay que tener presente que el uso del autobús público de Palma aumentó un 45,3% durante 2023 rozando los 52,2 millones y la afluencia de pasajeros sigue este año en alza en este primer cuatrimestre de 2024, dado que el Ayuntamiento de Palma mantiene la bonificación del 100% de la tarifa para los usuarios con tarjeta ciudadana.

En principio, así será durante todo el año para las personas residentes que con este pase podrán viajar sin tener que abonar nada, tal como ya sucedió en 2023. Todo un chollo que pagan todos los palmesanos, sean o no, usuarios del transporte público.

En hora punta, los vehículos de las líneas troncales del transporte público van al 100% de su capacidad.

La dirección de la EMT para intentar dar un mejor y mayor servicio ha incrementado el número de frecuencias de paso de sus vehículos, y entre los pasados meses de enero y febrero ofreció un total de 19.635 servicios, 1.669 más que durante el mismo periodo del año anterior.

Estas cifras suponen la realización de 317 servicios al día, frente a los 300 de media en enero y 280 en febrero del 2023. De este modo, la EMT está dando respuesta en la medida de sus posibilidades a este alza de la demanda, pero al no haber aprobado aún un aumento de la plantilla, las consecuencias las están pagando los conductores.

En estos momentos, los representantes sindicales de los chóferes calculan que harían falta entre 70 y 80 nuevos conductores para hacer frente a la demanda existente, cifra que ya han puesto encima de la mesa de la dirección, pero aún no han obtenido respuesta a su demanda.

Los sindicatos de la EMT quieren que el gobierno municipal del PP que encabeza el alcalde, Jaime Martínez, permita como sucede en la empresa municipal de limpieza Emaya, la creación de un bolsín permanente de conductores temporales que puedan suplir la necesidad de personal, algo que por ahora, no se ha contemplado, pero que sí se puso en marcha en pasadas legislaturas.

Una medida con la que se podrían cubrir las crecientes bajas laborales, pero que también tendría repercusiones en las cuentas de una empresa de transporte a la que la gratuidad del servicio le está provocando un agujero anual de ocho millones de euros en sus cuentas, que el Gobierno socialista de Pedro Sánchez, se niega a cubrir.