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Bahía de Palma

El alma de la Copa del Rey MAPFRE: «Superación»

Es la fuerza silenciosa que impulsa a cada tripulación en la Copa del Rey MAPFRE

La superación se convierte en el motor que lleva a los equipos a mejorar

Superación es la fuerza silenciosa que impulsa a cada tripulación en la Copa del Rey MAPFRE. Detrás de cada salida al mar hay horas infinitas de entrenamiento, estrategias revisadas una y otra vez, y decisiones que se toman al límite, bajo la presión de las olas y el viento. En esta regata, cada equipo se enfrenta no solo a sus rivales, sino a sí mismos, buscando romper sus propios límites y aprender de cada jornada, sea cual sea el resultado.

La verdadera grandeza de la Copa del Rey MAPFRE no se mide solo en victorias, sino en el esfuerzo colectivo, la constancia y la capacidad de levantarse después de cada desafío. Aquí, la superación se convierte en una forma de vida: es el motor que lleva a los equipos a mejorar, a apoyarse unos a otros y a descubrir que el mayor logro está en seguir avanzando juntos, siempre un paso más allá.

Por su parte, la presidenta del Govern, Marga Prohens, realiza  el seguimiento de la jornada del viernes de la regata de la Copa del Rey MAPFRE de vela desde el mar, desde las 12.00 horas.

La presidenta ha sido recibida en el Real Club Náutico de Palma por su presidente, Rafael Gil, y por el presidente de Mapfre, Antonio Huertas, y después salió en catamarán para iniciar la jornada de navegación.

Todos esto, después de que este jueves 31 de julio, el Rey Felipe VI vivió un momento de tensión a bordo del Aifos, el velero de la Armada Española con el que compite en la 43ª edición de la Copa del Rey Mapfre de vela en la bahía de Palma de Mallorca. Lo que parecía ser una jornada náutica más, dentro de una tradición veraniega muy consolidada para el monarca, estuvo a punto de convertirse en un incidente de consecuencias graves cuando una pesada vela, junto con su correspondiente botavara, cayó a escasos centímetros de donde se encontraba sentado.

Como cada mañana desde el inicio de la competición, el Rey Felipe llegó alrededor de las 11:30 horas al Real Club Náutico de Palma, saludó a su tripulación y subió al Aifos para preparar los últimos detalles antes de que diera comienzo la prueba del día. En ese momento, el monarca se encontraba revisando el contenido de su mochila, aparentemente concentrado y ajeno a cualquier señal de peligro. Sin embargo, minutos antes del inicio de la regata, una vela sujeta por una botavara cayó desde varios metros de altura, provocando sobresalto entre los presentes.