Agentes de la Patrulla Verde niegan haber exigido sexo a cambio de no hacer inspecciones
Defienden que sus actuaciones en estos establecimientos eran por cuestiones regladas
El oficial de Patrulla Verde niega que se actuara para favorecer a los locales de Cursach
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Los agentes de la Patrulla Verde Gabriel Mayol y José Mayans han negado, este martes durante el juicio que se celebra en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Baleares por el caso Cursach, haber exigido sexo a cambio de no realizar inspecciones en determinados locales. Ante preguntas de las diferentes partes, tanto Mayol como Mayans han defendido sus actuaciones en estos establecimientos por cuestiones regladas.
Cabe recordar que la Fiscalía solicita para Mayol nueve años y medio de cárcel por delitos de cohecho pasivo, abuso de función pública con solicitud sexual, delito continuado de coacciones y delito de revelación de secretos. En cambio, para Mayans, el Ministerio Fiscal pide seis años y medio por un delito de cohecho pasivo continuado y coacciones.
Anteriormente, el oficial de la Patrulla Verde Feliciano Franco ha asegurado que se enviara a agentes para que se denunciara a locales de la competencia del empresario Bartolomé Cursach.
Franco, para quien la Fiscalía pide dos años de cárcel por un delito continuado de coacciones, ha sido el primero en declarar este martes. Antes de comenzar, el Tribunal ha recordado a los investigados que eviten leer sus declaraciones de la fase de instrucción porque la que sirve es la del juicio.
El policía local ha justificado sus intervenciones dentro del grupo de trabajo de la Patrulla Verde, en la que estuvo desde 2005 hasta 2015, momento en el que fue detenido por supuestas coacciones a locales por orden del Grupo Cursach, informa Europa Press.
A pesar de haber reconocido los «pocos recursos» con los que trabaja la Patrulla Verde, el agente ha subrayado que hacían «muchos requerimientos». Franco ha rechazado que el sistema de reparto realizado por el oficial de la Patrulla Verde Gabriel Torres fuese objeto de «muchas quejas», sino que se debatía «mucho».
Esta afirmación ha sido señalado por el Ministerio Fiscal como una contradicción con su declaración en fase de instrucción, ya que en «más de una ocasión» afirmó que el trabajo se podía distribuir de una forma y «ahora dice lo contrario».
Sobre las justificaciones para realizar inspecciones en determinados locales de ocio, Franco ha subrayado que existían controles de cierre y apertura aunque «la Patrulla de fin de semana sabía que su primera labor era comprobar que estaban cerrados». «Había órdenes verbales, por supuesto, pero el policía contestaba no sólo con informes sino con su hoja de ruta porque los oficiales teníamos que comprobar su trabajo», ha aseverado.
A continuación, la acusación particular que representa a Sa Trobada ha preguntado por el motivo de las inspecciones a su representado. El oficial de la Patrulla Verde ha subrayado que la cantidad de denuncias existentes era «muy gráfico». «No tenían licencia de discoteca y funcionaban así», ha expresado.
Ante preguntas de los abogados de la defensa, Franco ha rehusado que conozca o tenga relación con Cursach o el ex director del Grupo Cursach, Bartolomé Sbert. Es más, ha concretado que él mismo ha levantado actas a locales de este grupo empresarial.