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Manuel Jurado, músico exiliado de Venezuela: «Nacho Cano nos ha ayudado mucho en ‘Malinche’»

Ha dirigido en el Carnegie Hall de Nueva York, junto con Gustavo Dudamel y José Antonio Abreu

Su orquesta ha interpretado el Sinfónico de Malinche, del artista Nacho Cano

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En el icónico Café 1885 de Zaragoza, Manuel Jurado, con su traje azul cobalto y su cadena de oro, no puede ocultar la emoción en su rostro. Manuel Jurado, joven promesa de la dirección musical con su Orquesta Sinfónica Cruz Díez, ha hecho magia, ha recompuesto los cristales rotos que deja el exilio, y ha conformado con ellos una preciosa vidriera de músicos profesionales que andaban por Madrid creyendo que lo que fueron (músicos, artistas…) no fue más que una ensoñación de tiempos pretéritos en una Venezuela pre chavismo.

OKDIARIO conversa con Manuel Jurado a pocas horas de que debute en Zaragoza con el concierto Unidos por Venezuela, en la sala Mozart del Auditorio. Hablamos de su vida de inmigrante como rider antes de decidirse a montar la Orquesta Sinfónica Cruz Díez, de su experiencia con el artista Nacho Cano en el Sinfónico de Malinche, de la fuerza de la música y del poder de Dios. Comenzamos…

El camino de la emigración

Con la Orquesta Sinfónica Cruz Díez, este hombre de 33 años, está revolucionando el poder de la música, está removiendo las arenas endurecidas del reloj del arte, que marca con un pulso certero los ritmos armónicos que ha de volver a tomar el futuro. Manuel Jurado, el joven Manuel Jurado, defiende que las naciones deberán ser como «una orquesta sinfónica», donde «todos estemos unidos para un bien mayor».

Una portentosa metáfora del debe y del haber, que hace a quien le escucha dejarse persuadir por las ideas idealistas, únicas capaces de arrollar lo mundano, para impulsar al hombre a la excelencia. «Yo llegué a España porque gané un premio nacional como director de orquesta, con una beca de seis meses. Dirijo desde los 12 años, he estado con el maestro Gustavo Dudamel, con el maestro José Antonio Abreu, he viajado por el mundo haciendo lo que me gusta… Y lo vi fácil, pero la realidad es que si para un músico es difícil, para un director aun más», relata con humor, «¡nadie te presta una orquesta sinfónica!».

«Ahí comienza mi transición de ser un emigrante. Es duro, porque no haces lo que tu amas, y trabajos como rider, una sala de juegos, una heladería… Llegué un punto en que no aguanté más. Me recuerdo perfectamente de ese día, mi ex pareja estaba embarazada de ocho meses… Me fui al baño en la sala de juegos, lloré, me vi al espejo y me dije, pero… si tú eres un director de orquesta sinfónica, por qué estás haciendo esto. Ese mismo día renuncié al trabajo, y en un mes, monté la orquesta Carlos Cruz Díez».

Una orquesta internacional hispana

La Orquesta Cruz Díez es un pequeño mundo en sí mismo, explica Manuel Jurado. Compuesta en la actualidad por más de cien músicos exiliados ya no sólo venezolanos, es una pequeña civilización hispana de soñadores: «Comenzamos con 25 músicos, y ahora somos más de cien, después de cinco años. Hicimos un concierto en la plaza Colón y a partir de ahí comenzaron a llamarnos. Esta orquesta sinfónica no sólo toca bien y tiene un buen nivel, si o que tiene un trasfondo social».

Manuel Jurado y Paula Ciordia en el Café 1885 de Zaragoza.

«Estamos ayudando a través de la música. Nuestro lema es que todo el mundo debería vivir de lo que ama. La idea comienza para ayudar a los músicos venezolanos. Los veía tocar en las calles, trabajando de otras cosas. Entonces me reuní con Janet Hurtado, que es la gerente, Víctor García Sierra y Jonatan Álvarez, y les conté el plan», detalla. «Al principio me miraron con cara de… ¡estás loco! Y mis compañeros músicos me decían ‘¡Manuel, no te puedes mantener tú, cómo vas a mantenernos a nosotros! Una orquesta sinfónica para mantenerla cuesta mucho dinero…’, pero los convencimos».

«El problema no sólo lo tiene el emigrante. También el español que se gradúa en los mejores conservatorios de toda España, pero ¿dónde van estos huérfanos musicales?», añade. «En el sistema de Venezuela nos enseñaron que la música cambia vidas, la vida de tu comunidad. Creas disciplina, constancia, valores».

María Corina Machado y la censura

La líder opositora al régimen de Nicolás Maduro, María Corina Machado, confía en ellos. Apuesta por la unidad del pueblo para vencer la tiranía, conquistar la libertad. ¿No es acaso un mensaje tan romántico e idealista como necesario y urgente también en Europa con su triste letanía de la desafección política, que está haciendo jirones nuestra civilización?

«No queremos llegar a la época soviética, donde si no hacías el arte a la manera de la revolución eras ejecutado o perseguido. El arte es libre, y debería ser así, que todo el mundo tuviera acceso, y que no exista el clasismo, el racismo», defiende.

«Cano sería un gran ministro de Cultura»

Nacho Cano contó con ellos para el Sinfónico de Malinche. La experiencia de Manuel Jurado y de toda su orquesta con este artista perseguido por el régimen de Pedro Sánchez no deja lugar a dudas. «Lo que he conocido de Nacho Cano es un corazón enorme. El maestro se enamoró de la orquesta. Él grabó con la Filarmónica de Londres, pero lo dijo en un vídeo que se hizo viral. La fuerza que tiene la orquesta Cruz Díez es única, porque están trabajando de otras cosas, y cuando tienen la oportunidad de mostrar el talento, dan cuerpo y alma».

«El maestro Nacho Cano nos ha ayudado muchísimo. Tiene mucha luz, y hay personas que quieren opacarla. Existe la envidia, interés políticos…, pero esa luz nunca se va a apagar. Cuando tú lo conoces tiene un corazón enorme», insiste, «lo único que quiere es ayudar, hacer arte. Sería un excelente ministro de Cultura, porque lo que quiere es que la cultura se expanda por cada rincón».

Manuel Jurado, la orquesta y Dios

«Los sueños los tienes que palparlos. Si tú eres cantante, y estás en tu habitación cantando, y sueñas con ser alguien reconocido y poder expresar tu arte, tienes que sentir que estás en el mejor escenario, como si estuvieras ahí. Si lo tienes en la cabeza, no hay nada que te lo impida para llegar», relata.

¿Qué poder en este camino tiene Dios? «Justamente anoche estaba orando con mi mujer, y le di a Dios, gracias por todo. Hay que agradecer si estás pasando un reto. Hay que decir ‘gracias, porque tú estás viendo algo que yo no veo’. Le agradezco a Dios por el talento, por mantenerme humilde, pudiendo ayudar a muchas personas. Siempre Dios está en constante en mí, es la Luz que me ilumina mi camino».