La meseta de la tercera ola no tiene fin: Andalucía vuelve a superar los mil casos y suma 22 muertes

Andalucía experimenta un nuevo repunte de casos, supra la barrera de los mil nuevos positivos y sigue sumando muertes. La meseta de esta tercera ola se alarga hasta límites insospechados. Pese a los esfuerzos de todos los andaluces, el coronavirus ofrece resistencia de la mano de nuevas variantes más contagiosas que se extienden rápidamente por el planeta. La puerta de entrada a la península sufre las consecuencias de una ola de contagios que la deja a las puertas de la Semana Santa ante una situación complicada.

Suben los contagios en Andalucía sobrepasando la cifra de los 1.000 casos

Los 1.032 casos de esta jornada se registran tras sumar 635 el martes, 380 el lunes, 746 el domingo, 1.179 el sábado, 958 el viernes, 1.066 el jueves y 955 el miércoles pasado. Por provincias, la situación empeora en las zonas de mayor densidad de población. Sevilla se sitúa como la provincia con más positivos con 282, seguida por Granada con 157, Málaga con 141, Almería con 140, Cádiz con 110, Córdoba con 105, Jaén con 57 y Huelva con 40.

Pese a este repunte de nuevos casos respecto a días anteriores, el principal indicador de referencia baja de nuevo. La tasa de incidencia acumulada de Andalucía se sitúa en 119,6 casos por 100.000 habitantes en los últimos 14 días, 0,7 puntos menos que la víspera y 3,5 puntos menos que la tasa de 123,1 del miércoles pasado.

Andalucía suma 22 fallecidos y baja lentamente los hospitalizados

Las personas que reciben la llegada de este virus con más dureza son las que reciben atención hospitalaria. La presión hospitalaria ha bajado, pero aún quedan más de 1.000 pacientes hospitalizados. En Andalucía hay 1.060 pacientes hospitalizados por coronavirus, 21 menos que el martes y 65 menos que hace una semana, de los que 259 se encuentran en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), uno menos que la víspera y 19 menos que hace siete días.

Los indicadores se han estabilizado y parece que no se muevan, es una lucha que no se detiene. A las puertas de la Semana Santa no se puede bajar la guardia ante un virus que está más activo que nunca.