Andalucía

Espadas usa su voto «de calidad» para impedir que su concejal explique su polémica en un restaurante

El alcalde de Sevilla, el socialista Juan Espadas, ha impedido este viernes en el Pleno del Ayuntamiento, gracias a su voto «de calidad», que su concejal, el también socialista Juan Carlos Cabrera, explique a los ciudadanos su polémica en un restaurante de la capital hispalense, en el que montó en cólera tras no recibir la mesa que quería y terminó mandando a varios agentes de la Policía Local a inspeccionar el negocio.

Conflicto 

Un alto cargo del Ayuntamiento socialista de Sevilla, Juan Carlos Cabrera (PSOE), fue el pasado día de Reyes, la viva imagen del despotismo progresista andaluz, que cree que sigue viviendo en su chiringuito. Tras la negativa de un restaurante de la capital hispalense a ponerle una mesa para diez personas, el político socialista montó un espectáculo («¿Usted sabe quién soy yo?»), insultó a los propietarios y trabajadores (incluso con connotaciones racistas) y mandó a la Policía Local para que les buscaran las cosquillas… sin éxito.

Camareros y responsables del restaurante PrinciPico, ubicado en el sevillano barrio de Los Remedios, aseguraron a OKDIARIO que el conflicto sucedió así. Sin embargo, tras una reunión con gente del consistorio, recularon e incluso enviaron un comunicado quitando importancia a lo ocurrido.

El protagonista: Juan Carlos Cabrera, teniente alcalde delegado de gobernación (Seguridad y Movilidad), fiestas mayores y distrito centro y concejal socialista en el Ayuntamiento de Sevilla que dirige Juan Espadas (PSOE). El político exigió a los responsables del restaurante una mesa para diez comensales, a lo que los dueños del negocio se negaron rotundamente dado que está prohibido, en toda Andalucía.

Ante la negativa del local, Cabrera montó en cólera, insultó y profirió descalificaciones racistas hacia uno de los responsables del restaurante -a quien llamó ‘machupichu’ por ser argentino- y terminó enviando a varios agentes de la Policía Local para que buscaran cualquier falta posible para denunciarles. Un hecho, que evitó que decenas de familias pudieran disfrutar de su día de Reyes, toda vez que tuvieron que abandonar el restaurante.