Detenido el patrón del temporero senegalés desaparecido hace cuatro años en Jaén
Los investigadores registran la vivienda de Ginés Vicente
El arrestado ya fue acusado y absuelto de la desaparición de otro de sus temporeros hace 12 años
El detenido cuando fue condenado por explotación laboral: "Aquí el negro soy yo"


Cuatro años después, la Guardia Civil ha detenido al patrón del temporero senegalés desaparecido en extrañas circunstancias en Villacarrillo (Jáen). Ibrahima Diouf, un jornalero senegalés de 33 años, casado y padre de una niña, desapareció sin dejar rastro en enero del año 2021 tras exigir un sueldo digno al patrón agrícola para el que recogía aceitunas.
Los investigadores han detenido al patrón Ginés Vicente tras cuatro años de trabajo y ahora registran su finca y domicilios en Jaén. Un amigo del temporero denunció a la Guardia Civil que el hombre desapareció en extrañas circunstancias. El trabajador había anunciado a sus compañeros que iba a dejar su empleo en la finca para trasladarse a Cartaya (Huelva). La última persona que estuvo con él en la casa compartida por los jornaleros fue su jefe, Ginés Vicente.
Otro temporero desaparecido en 2013
El empresario agrícola ya fue arrestado en 2013 por la desaparición de otro jornalero maliense que trabajó para él en la recogida de aceituna, aunque fue absuelto. Sí fue condenado por explotación laboral. «Aquí el negro soy yo», manifestó antes del juicio.
Se trataba de Tidiany Coulibaly, de 22 años, de quien se perdió el rastro después de que él y otros trabajadores inmigrantes de su cuadrilla mantuvieran una discusión con el empresario tras reclamarle un salario digno. El patrón, que tenía a varios empleados sin dar de alta, pagaba entre 20 y 30 euros diarios a sus trabajadores, según dio por probado la Audiencia de Jaén. Fue detenido después de que la Guardia Civil encontrara unas orejeras del jornalero con su ADN en una finca de olivos gestionada por el empresario y en la que nunca trabajó el joven maliense.
La Sección Segunda de la Audiencia de Jaén lo condenó a un año de cárcel y multa de 4.200 euros por «explotar» a sus trabajadores, a los que «engañó y abusó de ellos» aprovechando que eran «inmigrantes extranjeros, algunos de ellos sin papeles, y que apenas conocían nuestro idioma». El tribunal también condenó a Ginés Vicente por un delito de obstrucción a la Justicia por tratar de coaccionar a dos testigos para falsear su declaración, además de una multa de 1.200 euros por defraudación de fluido eléctrico, pero fue absuelto del delito de secuestro por falta de pruebas.
«Aquí el negro soy yo»
Días antes de que el tribunal dictara sentencia, Interviú entrevistó al acusado: «Sé que me van a condenar, porque yo ya he sido condenado. Me han estigmatizado, con el matiz del negrito desmayado que acusa al empresario. ¿A quién van a escuchar? A la parte más noble, por así decirlo».
«Estos chavales me inspiran compasión, pero en el fondo nadie les obliga a estar aquí, y serán nómadas o como quieran llamarlos, pero tienen dinero, porque no gastan y nosotros les damos hasta la ropa que llevan. Hay gente de los nuestros que lo está pasando mal y son incapaces de pedir un kilo de garbanzos, pero esta gente se pone mil veces en la cola para pedir», relataba a la citada revista. Además, el empresario jiennense afirmaba que la Guardia Civil había decidido ensañarse «con el más pobre», porque «aquí el negro soy yo».