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Así vivieron los vecinos el tiroteo en las Tres Mil Viviendas: «¡Eso ya no es normal, es un AK-47!»

Un vuelco de droga entre dos clanes prendió la mecha

El Gobierno avanza que se está investigando el armamento usado

El tiroteo con armas de guerra registrado en la noche del sábado en la barriada de las Tres Mil Viviendas de Sevilla ha dejado imágenes impropias de la cuarta ciudad más poblada de España. «Quillo, eso ya no es normal. Eso ya son AK-47», relata un vecino en un vídeo difundido en redes sociales.

La grabación apenas dura 90 segundos, pero no dejan de escuchar disparos. Primero alguno suelto, de pistolas y escopetas, y luego ráfagas de un arma de guerra, probablemente un subfusil de asalto, que deja destellos en el cielo. No hubo heridos. Las primeras pesquisas policiales apuntan a un robo de droga (un cargamento de marihuana) entre dos clanes, los Caracoleños y los Naranjeros. El tiroteo arrancó la tarde del sábado y se prolongó durante la noche.

«Mira, pegando tiros están. Mira la luz que ha salido de ese cuarto. Por allí son los Caracoleños, y estos son los Naranjeros», dice el vecino que graba el vídeo, mientras mueve la cámara apuntando a los pisos implicados. Se encuentra a apenas unos bloques de distancia. «Están pegando tiros al aire. Es un rifle. ¡Madre, la que se ha liado en dos minutos!». Se escucha nítidamente una ráfaga. «Eso son metralletas», apunta. De pronto, se ilumina el cielo de Sevilla con media docena de disparos intimidatorios, imagen propia de una ciudad en guerra. «Quillo, eso no es normal ya. Eso ya son AK-47».  Una de las balas impactó en la ventana de un despacho del centro, en la calle Reyes Católicos.

En el vídeo, grabado sobre las 23:00 horas, se escuchan gritos de desesperación. «¡Quítate, quítate, cuidado!», dice una mujer. «Quitaros de en medio, que se puede ir una bala. Bajaos para abajo», ordena a su familia el hombre que graba. «¡Llamad a los tíos! ¡Madre, la que se está liando! ¡No paran! ¿Has visto las balas? ¡Madre mía!».

Tras los hechos, la Policía Nacional intervino en la barriada distintas armas, munición y casquillos de munición detonada. Ya en junio, en el marco de la operación Peón, la Policía desarticuló una red que distribuía munición de guerra desde La Roda (Albacete) hasta las Tres Mil Viviendas. Se decomisaron más de 1.300 cartuchos. En el mismo mes hubo un tiroteo en la barriada que dejó dos muertos.

Cartuchos y munición de guerra incautados en junio. (Foto: CNP)

Se investiga el armamento usado

El alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, ha calificado de «inadmisibles» las imágenes y ha pedido refuerzos policiales: «Es urgente que todas las administraciones nos sentemos para abordar la alarmante falta de policías nacionales».

Su exigencia ha sido respaldado por el sindicato Jupol, que denuncia que los agentes carecen de «armas equiparables» a la de estos clanes. Tampoco tienen «chalecos con placas cerámicas ni cascos ni escudos balísticos» con los que poder intervenir ante la «escalada de violencia» en la zona.

Por su parte, el subdelegado del Gobierno en Sevilla, Francisco Toscano, ha reconocido este lunes la «enorme gravedad» de los hechos en una entrevista en Canal Sur. El material incautado «está siendo analizado» para saber exactamente qué tipo de armamento se empleó en el tiroteo.

En declaraciones a Europa Press, la portavoz de la Plataforma Nosotros También Somos Sevilla, Rosario García, ha explicado que el tiroteo pudo ser fruto de una «disputa» entre bandas posiblemente «nuevas» en la zona, ante lo cual «empezaron con los tiros para demostrar la fuerza que cada uno tiene». La plataforma ha reclamado a las autoridades «acabar con la impunidad» de quienes delinquen y rompen la convivencia y no «esperar a que haya una guerra».


Además, el comisionado para el Polígono Sur de Sevilla, Jaime Bretón, ha apuntado a las plantaciones de marihuana como origen del tiroteo. «Es un problema muy importante; hay mucho dinero de por medio en los clanes. La rivalidad entre ellos va en aumento, y la tensión también. Supone un perjuicio para el 90% de la población que vive aquí, que es gente humilde, y que al final se ve atrapada o secuestrada por estas rivalidades», ha manifestado en declaraciones a Canal Sur Radio.

«No hablamos sólo de pistolas, sino de armamento sofisticado, con el consiguiente problema de que un tiro se desvíe y vaya hacia una persona que está tan tranquila en su casa, como desgraciadamente ya sucedió en una ocasión». Bretón se refiere a lo ocurrido en 2013, cuando una niña de siete años falleció alcanzada por una bala perdida.

«Lo peor que puede suceder es que al final se vea normal lo anormal. El tema de las plantaciones de marihuana puede acoger otro barrio, otras zonas, y al final te ves con un auténtico problema metido en el epicentro de la ciudad. Si la gente joven ve que con el tema de la droga se consigue un dinero fácil, se hace muy complicado concienciar a parte de la población de que se busque un futuro laboral en otros ámbitos», ha rematado Bretón.