Andalucía
GRANADA

El asesino de Las Gabias confiesa que mató a su hermana embarazada y a su sobrino de 3 años

El asesino de su hermana embarazada y su sobrino en Las Gabias confiesa los crímenes. Manuel, el vecino de Jaén detenido por los brutales asesinatos de su hermana embarazada y su sobrino de tres años en Granada ha confesado los crímenes a los investigadores y les señaló donde arrojó la barra de hierro que usó para cometer los asesinatos.

El detenido se presentó acompañado por su madre a declarar ante los investigadores de homicidios de la Policía Judicial de Guardia Civil de Granada. Manuel, de 36 años, llegó a declarar en la tarde del domingo y horas después, ya de madrugada fue detenido por los guardias y acusado del homicidio de su propia hermana de 38 años, Rosario, del aborto bebé que llevaba en su vientre la asesinada y del asesinato de su sobrino de tres años.

Fue el marido de la víctima, piloto comercial, el que avisó al 112 en Baleares de la presencia de un intruso en su chalet de Las Gabias. El sistema de alarma le alertó de la presencia de una persona y le envió imágenes de las cámaras de seguridad. Los suegros de la mujer asesinada, vecinos de la zona, fueron los primeros en llegar a la casa, intentaron abrir la puerta pero no pudieron. La Policía Local de Las Gabias llegó de inmediato, no pudieron abrir la puerta y tras ver manchas de sangre en el interior de la casa, llamaron a los bomberos para derribar la puerta. Dentro hallaron los cadáveres de las víctimas y un colchón quemado que el asesino habría intentado usar para provocar un incendio y ocultar los crímenes.

La Guardia Civil se hizo cargo de la investigación, descartando desde el principio la teoría del robo. Nadie se llevo nada, ni había nada forzado en el chalet de Las Gabias. Los investigadores tenían claro que quien cometió los brutales crímenes tenía una motivación personal. La hipótesis de los guardas es que el asesino fue a discutir con su hermana y la mató a golpes con una especie de atizador de hierro de los que se usan en las chimeneas.

Los guardias rápidamente consideraron sospechoso al hermano, que terminó confesando. Su llegada a la casa había quedado registrada por las cámaras de seguridad y él era la única persona que había accedido a la vivienda. También les señaló el lugar, un descampado próximo, donde había arrojado el arma de los crímenes.

Mientras prosigue la investigación, los guardias se inclinan por que el móvil del crimen se encuentra en una rencilla familiar por las propiedades de la familia. El padre había fallecido recientemente y la familia posee tierras en la provincial de Jaén.