Especialista en Oncología Médica del Hospital Universitario de La Princesa

Dra. López: «Tabaco y alcohol son los principales factores del cáncer de cabeza y cuello en España»

Antonio Martínez (cáncer de laringe): "Esperanza y confianza en uno mismo"

Iván Povea (cáncer de amígdala): "Paciencia y tranquilidad. Pregunta y asesórate. Mantén una actitud positiva ante la adversidad"

Dra. Iglesias: «Hay que animar a los pacientes con cáncer de cabeza y cuello a salir y relacionarse”

cáncer cabeza cuello
"Los casos asociados al consumo de tabaco tienen una tendencia descendente en los últimos años", recuerda.

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El cáncer de cabeza y cuello consiste en un grupo de tumores malignos que se localizan en los senos paranasales, faringe, laringe, cavidad oral, lengua y glándulas salivales. Se manifiesta mediante la aparición de nódulos que se forman en las superficies húmedas del cuerpo: boca, garganta y nariz, dificultando el normal funcionamiento del organismo. Estas lesiones afectan el habla, la deglución y la voz de las personas que lo padecen.

En España, cada año se diagnostican más de 12.000 casos, que afectan especialmente a personas de entre 45 y 60 años y, en la mayoría de las ocasiones, en estado avanzado, según la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC).

Antonio Martínez Crespo tiene 65 años. A principios de 2022 fue diagnosticado de cáncer de laringe, después de varios meses con afonía de curso irregular pero que no desaparecía. Consultó en primer lugar a un otorrino de una clínica privada, posteriormente realizó todo el proceso diagnóstico y terapéutico en el madrileño Hospital de la Princesa. Desde entonces ha sido intervenido en múltiples ocasiones, ha desarrollado complicaciones postquirúrgicas importantes que le han ocasionado ingresos prolongados, necesidad de curas diarias, alimentación a través de una sonda gástrica etc. 

Actualmente es portador de traqueostomía y se encuentra recibiendo un tratamiento con Quimioterapia y Radioterapia simultáneas. Antonio confiesa a OKSALUD que antes de empezar este último tratamiento, tenía mucho miedo, contemplaba la QT y la RDT como amenazas que eran difíciles de afrontar. Tres semanas después del inicio ha comprobado que es la terapia la que le permite continuar con su vida habitual y, aunque surgen algunos efectos secundarios, va poniendo remedio y continúa avanzando. Se siente apoyado por su familia y por el equipo. Cuando le pedimos un consejo nos dice sin dudar: «Esperanza y confianza en uno mismo».

Iván Povea Rubio tiene 45 años. Todo comenzó cuando se palpó el mismo un bulto el lado derecho del cuello. Después de varias pruebas radiológicas y biopsias, fue intervenido por un cáncer de amígdala derecha que afectaba ya a ganglios cervicales. Tras esto, debió recibir tratamiento de Quimioterapia y Radioterapia concomitantes, con el objetivo de disminuir las posibilidades de recaída de su enfermedad oncológica. 

Iván ha finalizado el tratamiento hace aproximadamente un mes y acude ahora a las consultas para monitorizar los posibles efectos secundarios que deben ir disminuyendo progresivamente tras la terapia recibida. Nos cuenta que el cáncer le ha marcado mucho, le ha hecho comprender qué es estar enfermo y, sobre todo, valorar estar sano. Ha mejorado su estilo de vida, cuida mucho más su cuerpo y es más consciente de que vivimos en un cuerpo y que merece nuestra atención. Ahora intenta ayudar a todas las esferas de su vida. Como recomendación nos dice: «Paciencia y tranquilidad. Pregunta y asesórate. Mantén una actitud positiva ante la adversidad».

Este 27 de julio se celebra el Día Mundial del Cáncer de Cabeza y Cuello (#WorldHeadNeckCancerDay #cancerdecabezaycuello). La efeméride, iniciativa de la International Federation of Head and Neck Oncologic Societies (IFHNOS), tiene la finalidad de sensibilizar y concienciar a la población acerca del diagnóstico oportuno y tratamiento precoz de esta patología, así como las acciones preventivas pertinentes.

Para hablar sobre esta enfermedad, OKSALUD entrevista también a la doctora que ha tratado a los dos pacientes que nos han dado su testimonio,  María Pilar López Martí, especialista en Oncología Médica del Hospital Universitario de La Princesa.

PREGUNTA.- ¿Dónde aparece o se forma los cánceres de cabeza y cuello? 

RESPUESTA.- Estos cánceres se forman, en su mayoría, en el tramo superior de la vía aero-digestiva siendo esta un área anatómica compleja, condicionando este aspecto importante dificultad para el diagnóstico y el acceso quirúrgico. ¿Por qué?  La razón principal es que se trata de un área que potencialmente puede quedar expuesta a la acción de múltiples agentes carcinógenos; estos factores de riesgo distintos originarán tipos tumorales diferentes, lo que conlleva una heterogeneidad pronóstica y terapéutica en los cánceres de esta área.

P.- ¿Cuáles son los factores de riesgo? 

R.- El tabaco y el alcohol (este último asociado más frecuentemente al cáncer de hipofaringe) son, en nuestro entorno, los dos factores de riesgo principales que contribuyen a la generación de estas neoplasias. Es importante saber que, en algunas de ellas, actúan sinérgicamente y se potencian. Los casos asociados al consumo de tabaco tienen una tendencia descendente en los últimos años, sin embargo, se ha incorporado como otro de los factores etiológicos principales el Virus del Papiloma Humano (VPH), sobre todo el subtipo de alto riesgo VPH 16, que incrementa la tasa de cáncer especialmente en la orofaringe.

Otros factores de riesgo menos influyentes pero a considerar son los factores dietéticos (dieta pobre en frutas, verduras y rica en grasa animal, ahumados, salazones, fritos), ocupacionales (metalurgia, industria de la madera, textil y cuero, refinerías) y la exposición prolongada a radiaciones ultravioleta.

P.- ¿Cuáles son los síntomas de esta enfermedad que deben hacernos pensar en acudir a un especialista? 

R.- Muchos de los cánceres de cabeza y cuello pueden curarse cuando están localizados y se diagnostican de forma precoz. Sin embargo, esta posibilidad de curación va disminuyendo cuando el diagnóstico es más tardío y el tumor se encuentra en una situación más avanzada. Por ello es importante informar y reconocer los signos y síntomas que originan estas neoplasias y que pueden orientarnos hacia su reconocimiento. Muchos se comparten con patologías benignas, pero determinadas características nos deben alertar; por ejemplo: úlceras en la lengua o en el resto de la cavidad oral que no desaparecen en intervalo de tiempo de 3 semanas aproximadamente, dolor en esta área que no cede o incluso aumenta, disfonía persistente, dificultad al tragar, dolor de oído persistente, aparición de tumoraciones o inflamaciones en el cuello, ronquera de nueva aparición y que no cesa.

Acudir de forma precoz a su médico de cabecera cuando padece estos síntomas puede significar un diagnóstico rápido y la posibilidad de un tratamiento menos agresivo y sin efectos secundarios tan destructivos en un área en la que están implicados tantos procesos esenciales para nuestra vida y nuestras relaciones con el entorno: comer, respirar, hablar, gesticular, expresar con nuestra cara.

P.- Los expertos consideran que la aparición del cáncer de cabeza y cuello podría reducirse en más del 80% si se evitan los hábitos del tabaco y del alcohol. ¿Está de acuerdo con este dato? ¿Cómo puedo disminuir el riesgo de tener este tipo de cáncer? 

R.- Cuando hablamos de cáncer, de cualquiera de ellos, la prevención es la mejor herramienta. Es necesario destinar recursos, informar y ser conscientes, para no ‘llegar al cáncer’. En España, tabaco y alcohol, siguen siendo los principales factores implicados en la etiología. Por tanto, es muy relevante fomentar la facilitación del abandono de estos hábitos, con campañas de información, concienciación y con la ayuda de tratamientos disponibles hoy en día. No obstante, como ya hemos destacado antes, es creciente el número de neoplasias originadas por virus como el VPH, muy frecuentes ya en Norteamérica y en otros países europeos, y que se relaciona con el cambio en las prácticas sexuales en los últimos años (la infección por este agente aumenta con el número de parejas sexuales, el tipo de relación sexual y el no empleo de preservativos) y con las enfermedades de transmisión sexual; la divulgación de los riesgos según prácticas sexuales, la educación sexual y las campañas de vacunación frente al VPH, son los recursos que en la actualidad disponemos para disminuir la incidencia de estas neoplasias. 

Asimismo, unos adecuados hábitos dietéticos pueden protegernos pues el consumo de frutas, verduras, productos frescos y aceite de oliva, se relacionan inversamente con la tasa de incidencia del cáncer de cabeza y cuello; mientras que el consumo de grasa animal, pescados ahumados y salados y alimentos fritos establecen una relación directa con la aparición de estas neoplasias.

P.- ¿Cuál es el tratamiento? 

R.- Como hemos expuesto previamente los tumores de cabeza y cuello presentan varias características que condicionan los tratamientos que vamos a poder aplicar en esta área. Por una parte, su heterogeneidad; hablamos de una gran variedad de enfermedades (distintos factores etiológicos, pronósticos, moleculares, epidemiológicos); por otra parte, el área anatómica compleja en la que se ubican y en la que confluyen funciones esenciales para la vida y para nuestras relaciones, condicionando la difícil visualización y complicado diagnóstico y el difícil acceso quirúrgico de muchos de ellos. Estas premisas subrayan la importancia de la individualización y la multidisciplinariedad en el abordaje, con una amplia representación de distintas especialidades médicas en los comités de tumores que toman decisiones diagnósticas y terapéuticas encaminadas al manejo óptimo de estos pacientes.

Así, herramientas como la cirugía, la radioterapia, tratamientos sistémicos como la quimioterapia y la inmunoterapia, las terapias nutricionales, la rehabilitación, han de coordinarse para diseñar la estrategia que obtenga el máximo beneficio con las mínimas comorbilidades. A pesar de esta multidisciplinariedad, que es ya hoy una realidad en muchos de nuestros centros, la incidencia de eventos tóxicos graves y secuelas severas crónicas sigue siendo alta, por lo que debemos seguir trabajando en la mejora y desarrollo de nuevos planes terapéuticos y de recursos para la atención integral a estas personas.

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