El líder de la OID dio un pelotazo inmobiliario de 800.000 euros con dinero del cupón de los discapacitados

El líder de la OID dio un pelotazo inmobiliario de 800.000 euros con dinero del cupón de los discapacitados
El presidente de OID, Dionisio González Otero. (Foto: OID)

Dionisio González y algunos de sus directivos llenan sus bolsillos con los beneficios resultantes de la venta ilegal del boleto de los discapacitados. Esta es la conclusión de la Policía que, también, asegura que el patrimonio de los ejecutivos de esta organización «sin ánimo de lucro» muestra signos de opulencia tales como negocios hosteleros, coches de alta gama y pelotazos inmobiliarios gracias a esos fondos.

La Policía precisa en sus acusaciones: “Con los beneficios económicos de la venta del boleto, algunas de las —sociedades— mercantiles investigadas están invirtiendo importantes fondos en hoteles y posadas rurales que desarrollan actividades complementarias: rutas a caballo, quads o excursiones 4×4″. Algo que contrasta con el teórico fin de ayudar a personas discapacitadas que publicitan tanto OID como el resto de sociedades de la organización.

Los informes policiales en posesión de Okdiario inciden especialmente en una operación inmobiliaria relacionada con la adquisición y posterior venta del complejo hotelero ‘Posada Puente Romano’, ubicado en Toñanes, Cantabria. Una finca adquirida por la inmobiliaria Canto-Celta, propiedad de Dionisio González Otero y donde también participan su esposa, Victoria Salas — vicepresidenta a su vez de OID— y sus hijas Carmen y Gema.

Dicha operación de compra se cerró en 2004 por un precio de 625.000 euros. Cinco años después, en 2009, la familia de González Otero la vendió por 1,4 millones a Discapiso, cuyo socio único es SOID, matriz de la mayoría de las empresas del grupo de Dionisio González, que se se financia exclusivamente mediante los beneficios del cupón de OID. La plusvalía a su favor por esta operación inmobiliaria fue de casi 800.00 euros.

Un dinero que el clan de Dionisio González invirtió en la compra de un chalé en Suances, Cantabria, por 588.000 euros, además de una parcela en Toledo que era propiedad de su madre y que se quedó por otros 148.000 euros. Como detalle, y aunque no tiene coche propio, Dionisio suele desplazarse con un Mercedes-Benz de OID. A su patrimonio también hay que añadir las propiedades que tiene en común con su esposa: un piso de 111 metros cuadrados en Santander y una casa y una finca en Cabezón de la Sal, también en Cantabria.

Los otros directivos de OID

Ana Sobrino Pérez, secretaria general de OID, posee una propiedad de 300 metros cuadrados en Talavera de la Reina. Su valor es de 413.000 euros. También tiene una finca en Madrid de 66 metros cuadrados y otra en Valladolid de 184 metros cuadrados. Atesora también un Jaguar matriculado en 2010 y un Volkswagen Golf a nombre de su sociedad, Innovaciones Pisuerga.

Consuelo Fernández Carreño, vocal de OID, posee un ático de 70 metros cuadrados en Madrid valorado en 140.000 euros; un piso en Torrelavega, Cantabria, de 184 metros cuadrados y una finca en ese mismo municipio de más de mil metros. Posee otra finca de 471 metros cuadrados en San Vicente de la Barquera, donde se asienta la posada ‘El Trenti la Corona’, finca a nombre de su hijo. La Policía, no obstante, sospecha que la avaló ella misma con una hipoteca y financió las obras posteriores. Su valor catastral superaría los 313.000 euros. Fernández Carreño cuenta además con un amplio surtido de coches a través de su sociedad, Chelosio Cantabria: tres BMW, dos serie 320 y un X1.

María Ángeles Cayón, vocal de OID, posee una vivienda de 195 metros cuadrados en el interior de una finca de 325 en Calera y Chozas, Castilla-La Mancha. Además, tiene otras dos en Cantabria. Una en Cartes, de 118 metros cuadrados, y otra en San Felices de Buelna. Como añadido disfruta de un BMW 318 a nombre de su sociedad, Pasiegos del Norte.

José Antonio Tarno, tesorero de OID, posee seis inmuebles urbanos y 29 rústicos. Posee un Chevrolet Nubira adaptado para minúsvalidos y un BMW 530dA. Ha hecho negocios inmobiliarios con Dionisio González, quien le compró una vivienda en Madrid por 409.000 euros a través de Discapiso. Se da la circunstancia de que Discapiso, del presidente de OID, se nutre de fondos de esta entidad sin ánimo de lucro como supuesto proveedor.

La investigaciones policiales señalan que «la parte más importante del dinero transferido desde las cuentas de OID, Aserdisca y SOID —gestoras del cupón del minusválido— tuvo como destinatarias a sociedades mercantiles y asociaciones del grupo SOID liderado por Dionisio González, siendo más que improbable que todo el dinero obedezca a relaciones comerciales reales».

Llama la atención de los agentes «las enormes cantidades transferidas, las cuantías redondas en miles de euros, la ausencia de referencias a los números de facturas abonadas y el hecho cierto de que todas ellas tienen un único propietario: Dionisio González, acompañado por la anterior relación de colaboradores en calidad de apoderados. Todos ellos, componentes del órgano de administración de OID”.

Una operativa que, según fuentes de la investigación, habría movido 50 millones de euros a empresas vinculadas con González Otero y sus respectivos acólitos. Lo que explicaría el elevado tren de vida de todos ellos.

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