Peter Weir cumple años: El cineasta maestro del clímax

Peter Weir cumple años: El cineasta maestro del clímax
Peter Weir y Harrison Ford en el rodaje de "Único testigo" (Paramount Pictures)
Francisco-Eme
  • Francisco-Eme
  • Soy un graduado en Comunicación Audiovisual y Publicidad, que escribe desde su pasión por y para el cine, donde también intento hacerme un hueco como guionista. "Todo lo que puede ser imaginado es real", Pablo Picasso.

El clímax es ese punto narrativo de máxima emoción en una obra. En teoría es el final del recorrido, un lugar de encuentro en el que desembocan todas las emociones y objetivos que han acompañado a los personajes hasta su resolución. Su antítesis es el anticlímax, algo de lo que suele pecar el cine moderno. Escenas o secuencias que no aportan nada a la narración y que además no consiguen superar ese momento tan emocionante. Hoy cumple años Peter Weir, uno de los directores que ha sabido plasmar y terminar sus películas siempre en el momento perfecto. Estas son tan solo, algunas de sus obras que han terminado con el clímax perfecto:

“El Show de Truman” (1998)

Peter Weir
«El show de Truman» (Paramount Pictures)

La caverna platónica y la crítica a los reality shows que mejor reflejó el cine. En El show de Truman, su protagonista es el icono de un programa de televisión, solo que él no lo sabe. Todos sus amigos y familiares son en realidad actores contratados, lo que lleva a que su vida sea una auténtica mentira. Prácticamente toda la película se desarrolla dentro de esos platos y a través de la perspectiva de varias personas que están enganchadas al programa. Al final y con una emocionante banda sonora, Truman decide “romper el telón” y salir a un mundo real que desconoce, ahí finaliza la película pero ¿para qué quieres más?

“El club de los poetas muertos” (1989)

Peter Weir
«El club de los poetas muertos» (Touchstone Pictures)

“Oh capitán, mi capitán”, imposible no recordar el que para muchos es el mejor profesor de la historia del cine. Al igual que sucediese con Jim Carrey algunos años después, Weir escogería a un actor predominantemente cómico. Robin Williams es un John Keating inmortal que da lecciones de vida en un colegio ultra conservador. Al final, los alumnos se suben al pupitre para despedirse de su profesor con un gesto de rebeldía. Secuencia y esencia que emularía Christophe Barratier en Los chicos del coro.

“Master and Commander: Al otro lado del mundo” (2003)

«Master and Commander» (20 Century Fox)

Peter Weir también entiende lo que es la épica, término que aplica a las mil maravillas en Master and Commander. Intenta no emocionarte con las batallas navales del barco liderado por Russell Crowe. Aunque a algunos esta cinta les pareció aburrida, el sentimiento de aventura y descubrimiento que se desarrolla en ella es sorprendente. Tanto que la propia producción termina con una nueva persecución llena de energía, por la que los más adeptos todavía a día de hoy, piden una segunda parte.

“Camino a la libertad” (2010)

«Camino a la libertad» (On the Road)

En principio esta historia de unos presos que se escapan de un campo de concentración en Siberia para llegar a pie hasta la India era una historia basada en hechos reales. En cambio, el propio director confesó meses después que para él todo era parte de una ficción, ya que la historia aparentemente real, tenía varias inexactitudes. Independientemente de su veracidad, en Camino a la libertad todos los elementos aparecen en el momento exacto, siendo su epílogo un encuentro emocional que esperamos durante todo el recorrido.

 

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