Toros

José Tomás corta dos orejas en su regreso en Jaén

Llegaba el día más esperado, reaparecía José Tomas tras tres años de ausencia. Era sin duda uno de los festejos que más expectación ha causado durante esta temporada. Ver torear hoy a José Tomas era un privilegio que solo unos pocos podrían disfrutar: 10.500 personas. Los aledaños de la plaza llenos más de tres horas antes, no cabía ni un alma más en Jaén. Un fenómeno que solo produce el Dios de Galapagar, que se ha convertido en un auténtico mito. Disfrutar de su toreo en directo se ha convertido en un auténtico sueño. Todos los aficionados se levantaron para recibir con una enorme ovación al hacer el paseíllo el diestro de Galapagar, los pelos de punta.

Abría la tarde Malicioso de la ganadería de Victoriano del Río, muy suelto de salida al que saludó por medias verónicas de auténtica delicia rematando con un juego de muñecas extraordinario. Continuó con un quite por chicuelinas cerrando por todo lo alto. Comenzó por estatuarios la faena de muleta, increíbles, pasándose al animal cada vez más cerca. Un verdadero gusto verle torear. Magia en la muñeca desprendió en la siguiente tanda por naturales. Continuó con otro par más, con las telas arrastrando, la izquierda dominó en toda la faena. Cambió a la diestra con otra serie logrando torear en redondo. Mantuvo la emoción hasta el final. Remató con una estocada trasera un poco tendida. Recibió una breve ovación.

Salió el segundo de Álvaro Núñez, Trampillo, al que apenas pudo saludar con el capote. Tras el caballo y banderillas. Comenzó la faena doblándose de rodillas por la diestra, meciéndolo muy suavemente llevando al animal hasta los medios. Los muletazos cada vez eran más largos aprovechando la embestida del animal, sacó una serie muy ligada tirando en los medios cada vez más cerca, los nervios a flor de piel pues cada vez se acercaba más y hubo un momento que casi le prende la taleguilla. Aguantó otra serie más por la misma mano y rematando por lo alto. Empañó la faena con la espada, tras un pinchazo, media estocada. Silencio.

El tercero de Victoriano del Río, Pudoroso, al que saludó por medias verónicas ajustadas al vuelo del animal, cerrando por verónicas hasta llevarlo a rayas. Una auténtica delicia el juego de sus muñecas. Lució un quite por gaoneras espectacular, consiguiendo levantar los tendidos. Ya con la muleta en mano lo midió por muletazos. Citándolo desde la distancia por la mano derecha donde le costó ligar la faena. El toro se paraba y era complicado. Le costaba arrancar y cambió de mano donde pudo lucir algunos naturales de calidad que animaron al público. No se dio por vencido y el de Galapagar puso todos sus esfuerzos en sacarle lo que tenía, se arrimó todo lo que pudo sacándole otra tanda de naturales impecables cerrando intercambiando por la espalda la muleta. Remató con una gran estocada. Fue premiado con una oreja, la cual tiró porque él creía que no la merecía.

Cerró la tarde el último toro de Juan Pedro Domeq, Piripi, mejor presentado que los anteriores. Lo recibió con un ramillete de verónicas impecables que no dejaron de de rugir los olés de los tendidos. Lució un quite por tafalleras rematando por la espalda impresionantes. Comenzó por la diestra la faena dejando una primera serie de gran nivel. El animal embestía cada vez más y cambió de mano, por la izquierda vino lo mejor, de calidad suprema fue la siguiente serie, cada vez más cerca y con las telas arrastrando en el albero. Dominó la faena por la misma mano. El animal iba cada vez a más y el de Galapagar supo sacarle partido, las series cada vez eran más redondas y suavemente fue trazando una gran obra. Una faena muy inteligente de menos a más. Cerró la faena por estatuarios por arriba volvió a subir la adrenalina de la faena. Finalizó con una gran estocada. Fue premiado con una oreja pero declinó salir por la Puerta Grande del coso de La Alameda saliendo a pie acompañado de su cuadrilla.

Ficha del festejo

Coso de la Alameda, Jaén. Corrida de toros. Lleno de No Hay Billetes.

Toros de Juan Pedro Domeq, Victoriano del Río y Álvaro Núñez.

José Tomás, como único espada: ovación, silencio, oreja y oreja.