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Llevo seis años pagando con el reloj y no me arrepiento en absoluto de hacerlo

  • Nacho Grosso
  • Cádiz (1973) Redactor y editor especializado en tecnología. Escribiendo profesionalmente desde 2017 para medios de difusión y blogs en español.

Fue en el verano de 2018 cuando di el paso a hacerme con un reloj inteligente, concretamente con el Apple Watch series cuatro. El dispositivo ya venía preparado para pagar con él, y como soy bastante curioso rápidamente asocié las tarjetas que ya tenía introducidas en la cartera del iPhone en el reloj. Desde entonces, todos son ventajas y por esa razón te cuento por qué siempre utilizo el reloj para pagar o para sacar dinero de un cajero. Recuerda, ya son mayoría de los cajeros que han incorporado la tecnología contactless, por tanto, no es necesario tarjeta física tampoco.

Pagar con el reloj es ya algo natural

Si bien es algo que tengo totalmente interiorizado, todavía me sorprende que en algunos comercios les llame la atención que vean pagar a alguien con el reloj. La primera pregunta que siempre me hacen es si es un método seguro, y siempre digo que bastante más que pagar con la tarjeta física, te lo explico.

Para comenzar, cuando pagas con el reloj o con el teléfono móvil, no estás compartiendo los datos de la tarjeta de ninguna manera, mientras que con la tarjeta física es posible que alguien con mala intención la clone, y es un tipo de engaño que ocurre con bastante frecuencia también en nuestro país. Los pagos con un reloj inteligente siempre son más seguros debido a la encriptación a la que están sometidos. En el caso de perder el reloj quien lo encuentre tendría que desbloquearlo con un código de cuatro dígitos para poder utilizar la tarjeta bancaria que está asociada al dispositivo.

Pero pagar con el reloj para comenzar es mucho más cómodo, no necesitas llevar la cartera. De hecho, llevo ya un año sin utilizar cartera física, porque todos mis documentos los tengo en el teléfono móvil en forma de aplicación, excepto el DNI, que todavía no tiene una app oficial, este accesorio es el que llevo en mi teléfono para el documento nacional de identidad y la tarjeta física por si me quedase sin batería. Pero como ya digo, va simplemente como apoyo, siempre pago con el reloj. Hacerlo siempre es bastante más rápido, no es que hablemos de una diferencia de tiempo abismal, pero sí que percibo que el periodo de confirmación de la transacción es prácticamente inmediato cuando empleo este sistema.

La pandemia me terminó de convencer

Parece mentira, como pasa el tiempo y en la pandemia, con esa psicosis colectiva, de tocar lo menos posible los objetos, fue cuando me di cuenta de las posibilidades reales del pago con el reloj. De hecho, evito utilizar el efectivo a no ser que sea estrictamente necesario, por lo que me ahorro tener que ir manipulando monedas y billetes que, de manera general, han pasado por muchas manos y siempre están bastante sucios.

Otra de las ventajas de utilizar el reloj para pagar es que tienes un registro inmediato de cuáles han sido tus pagos, algo que con la tarjeta física implica pasar siempre por la aplicación del banco. Con el reloj, basta con echar un vistazo a las notificaciones, para saber cuáles han sido los últimos pagos, el lugar en donde los ha realizado y el importe correspondiente.

Pero no solamente se trata de pagar, porque en tu reloj inteligente puedes asociar tarjetas de fidelización o tarjetas de embarquwe  y evitar llevarlas de manera física. El acceso a los aviones o a los trenes con los billetes en el reloj es sencillamente mucho más cómodo.

Por todo esto, pagar con el reloj se ha convertido para mí en algo natural, un gesto que he erradicado el tener que sacar la cartera, buscar la tarjeta y pagar de esa forma. Lo tengo bastante claro, para mí solamente es un sistema que tiene muchas ventajas.