Estoy enganchado a vídeos triviales de YouTube y no me siento culpable
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Que un canal acumule millones de visualizaciones mostrando cómo una alfombra sucia vuelve a ser blanca, cómo estallan granos, puntos negros o cómo botellas se rompen al caer por una escalera es incomprensible. Pero la realidad es que estos vídeos triviales de YouTube generan un nivel de satisfacción difícil de igualar para muchos usuarios. No enseñan nada relevante, no tienen historia ni desarrollo, y sin embargo nos quedamos viéndolos durante minutos. ¿Por qué?
El poder del placer inmediato
Uno de los motivos clave está en el placer instantáneo. Son vídeos que no requieren pensar, ni prestar demasiada atención, y que generan una recompensa visual rápida. En psicología se llama gratificación instantánea, y se activa cuando obtenemos satisfacción sin esfuerzo ni espera. Ver cómo se destroza bajo una prensa hidráulica en apenas segundos activa ese mecanismo de recompensa en nuestro cerebro.
Sensación de orden y control
Otro factor relevante es la sensación de orden que producen. El mundo es caótico, lleno de incertidumbres, y muchos vídeos de este tipo ofrecen el resultado opuesto: caos que se ordena. El clásico “antes y después” no solo genera curiosidad, sino una especie de alivio emocional. Las limpiezas dentales, los tratamientos faciales o los vídeos de objetos encajando a la perfección provocan una respuesta psicológica de relax.
ASMR visual y auditivo, aunque no lo sepas
Aunque muchos de estos vídeos no se etiquetan como tales, comparten elementos del fenómeno ASMR (respuesta sensorial meridiana autónoma), que ha ganado popularidad en la última década. El sonido de una espátula limpiando, el crujido de una botella al romperse o incluso el scrub de un cepillo sobre una alfombra puede generar una respuesta relajante o incluso placentera a nivel físico, especialmente en personas más sensibles a este estímulo.
La evasión perfecta para una mente saturada
En un contexto de sobrecarga de información, estos contenidos tienen algo valioso: no exigen nada del espectador. No hay que seguir una historia, ni pensar, ni interactuar, solo mirar. Esa evasión momentánea es perfecta para quienes buscan descansar la mente tras un día lleno de reuniones, correos, tareas domésticas o noticias negativas. De hecho, muchos usuarios confiesan que este tipo de vídeos les ayuda a conciliar el sueño o a calmarse en momentos de ansiedad.
El asco también enganchan
No todo es limpieza y perfección. Parte del gancho también está en el morbo: ver cómo revientan granos enormes, cómo se extraen dientes imposibles o cómo se rompe algo con violencia. Aunque algunos puedan sentirse incómodos, otros encuentran en esto un tipo de atracción difícil de explicar. La ciencia lo llama repulsión atractiva o curiosidad morbosa, y funciona como mecanismo de alerta y aprendizaje evolutivo: nos acercamos a lo desagradable para entenderlo y procesarlo.
No son solo vídeos, son rituales modernos
Muchos usuarios desarrollan una rutina, ver uno o dos de estos vídeos antes de dormir, durante el desayuno o mientras hacen otras tareas. No se trata de un consumo esporádico, sino casi de un ritual que les da cierta estabilidad. En tiempos de ansiedad, incertidumbre o saturación digital, estos rituales sencillos pueden ser reconfortantes. Y eso explica por qué tantos canales triviales, algunos con una sola temática repetida hasta el infinito, tienen millones de seguidores fieles.
YouTube lo sabe, y te lo recomienda
Por supuesto, el algoritmo también tiene mucho que ver. YouTube detecta cuándo te quedas más tiempo viendo un vídeo y te sugiere más del mismo tipo. Es fácil entrar en un bucle viendo cómo alguien le mete petardos una lavadora. La plataforma recompensa el tiempo de permanencia, y estos vídeos consiguen exactamente eso: que te quedes.
¿Está mal verlos? En absoluto
A veces, necesitamos desconectar. Igual que otros pasean, hacen deporte o se relajan viendo series, hay quien lo consigue viendo videos triviales de YouTube. Da igual si es una máquina tritura objetos, cómo una cara se limpia de acné o cómo una alfombra revive tras una sesión de limpieza profunda. Mientras no sea lo único que vemos, no hay problema en encontrar paz en lo absurdo.
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