Sucesos
DESAPARECIDA EN TRASPINEDO

La Guardia Civil ve contradicciones entre los testigos de la desaparición de la joven de Valladolid

Esther estuvo con cuatro personas ante de desaparecer, pero no con todos en según qué momentos de la noche

Las versiones de estos vecinos de Traspinedo concuerdan sólo en determinados momentos de aquella jornada

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La última persona que vio a la desaparecida de Valladolid: «Discutí con Esther y se bajó del coche»

La última persona que estuvo con la desaparecida de Valladolid la dejó de madrugada en mitad de la nada

  • Alfonso Egea
  • Jefe de Investigación en OKDIARIO. Anteriormente fui responsable de la sección de Actualidad y Sucesos en Espejo Público, en Atresmedia. He publicado cuatro libros y actualmente colaboro en programas de televisión en Mediaset y en Telemadrid. Agradecido por tener el reconocimiento de la Policía Nacional de Madrid y la medalla al mérito de la Guardia Civil.

En Traspinedo todo el mundo se conoce, para bien y para mal. Para bien porque en una localidad de apenas 1.100 habitantes todo el mundo sabe si has ido al pub James Dean o si has estado en otro bar, en El Castillo, por ejemplo. Y sobre todo si en esos locales has estado con este amigo, el otro o aquel, y de ellos quienes son los amigos de toda la vida de una chica que lleva desaparecida desde el 12 de enero y quienes no son parte de su grupo habitual de amistades. En Traspinedo todo el mundo se conoce, y eso sin embargo es para mal si lo que cuentas a los investigadores de la desaparición de una de las vecinas no cuadra del todo con lo que cuentan otras personas en este pueblo de Valladolid.

Estos son el mapa y la brújula con los que está navegando la Guardia Civil de Valladolid, que, por cierto, navega todavía en solitario en una investigación para la que todavía no han solicitado apoyo a otros agentes fuera de la Comandancia pucelana, sobradamente preparada para atar los cabos que se les están presentando.

El primero de esos cabos empieza y acaba en Luis, amigo de Esther, la chica desaparecida, amigo de los de toda la vida. Él fue quien la recogió la tarde del 12 de enero en la casa de sus padres. Esther no tiene coche y quedó con Luis para ver juntos un partidazo en el pub James Dean. Jugaban el Real Madrid y el Barcelona la semifinal de la Supercopa de España, así que hasta allí se fue Esther con su teléfono y algo de dinero para las cervezas. Luis, la chica y otro de sus amigos, Tomás, vieron el fútbol. Lo dicen los chicos y quienes los vieron en aquel bar.

A las diez y media de la noche, con el Real Madrid clasificado y las cervezas apuradas, Luis invitó a Tomás y a Esther a tomar algo más en su casa. Y allí que se fueron, hasta que Luis, el joven que había recogido a Esther en su casa, les pidió a sus amigos dos horas más tarde, eran ya las 12 y media de la noche, que se marcharan porque él al día siguiente tenía que madrugar. Hasta donde ha podido saber este periódico Tomás no siguió de fiesta, pero Esther acabó en otro bar, no en el James Dean, si no en El Castillo, en compañía de otras dos personas, dos hombres, conocidos del pueblo, como todos en Traspinedo, pero estos no de su círculo más habitual de amigos.

La rutina en este tipo de investigaciones pasa por tomar buena nota de todas las personas que han estado con la desaparecida en las horas previas a que se esfume, y con esos datos echar un vistazo a sus respectivas fichas policiales por si apareciera algo de interés. OKDIARIO no está en este momento en condiciones de revelar quién en concreto, pero al menos una de esas comprobaciones ha despertado el máximo interés de los responsables del caso en Valladolid. Pero sigamos el relato.

El segundo bar

Según los testimonios recabados, Esther permaneció en el bar El Castillo hasta las dos de la madrugada aproximadamente y de allí se marchó con los dos chicos con quien la vieron el resto de los clientes a bordo del coche de uno de ellos. Sólo ellos saben qué planes tenían, pero en lugar de dejar a Esther en su casa, el bar está en el mismo corazón del pueblo, salieron de la localidad camino de las urbanizaciones y los pinares que se encuentran en la carretera que une Zamora con Soria, a unos cinco kilómetros de Traspinedo.

Estos chicos aseguran que llegan hasta La Maña, un área de servicio, donde uno de ellos se baja del coche para dirigirse a su casa, situada en una urbanización a pocos metros. El otro chico y Esther continuaron la marcha hasta que él asegura que ella le obligó a parar el coche en mitad de la nada en una carretera comarcal de Valladolid para bajarse porque no quería volver a casa. Si es así, ¿por qué Esther se fue con dos chicos que ya regresaban a sus casas?, ¿por qué no se quedó en Traspinedo?, ¿no les dijo entonces, 10 minutos antes, que ella lo que quería era seguir de fiesta? Los investigadores tratan de cuadrar estas contradicciones para saber si son fruto de errores involuntarios, olvidos o imprecisiones de los testigos. En juego está el paradero de una joven desaparecida, por lo que nada puede dejarse al azar.