Sucesos
MADRID

Detenido el traficante pederasta que ofrecía drogas a niñas para abusar de ellas en Fuencarral (Madrid)

Los agentes evitaron que el pederasta y traficante de drogas se suicidara al verse descubierto y detenido

Los especialistas del Grume de la Jefatura Superior de Policía de Madrid con la colaboración de la comisaría de Fuencarral han conseguido en menos de un mes, identificar y detener a un veterano pederasta traficante de drogas que ofrecía sus sustancias ilegales a niñas para atraerlas a su domicilio y abusar de ellas. Los agentes acusan al arrestado de 57 años de abusar de una de las niñas, de intentarlo con otras tres y de vender droga a menores de forma habitual en su vivienda. Ahora, los investigadores del Grume escudriñan los dispositivos electrónicos del detenido en busca de más víctimas de este depredador.

La investigación arrancó a finales del pasado mes de junio, cuando una vecina acudió a la comisaría de la Policía Nacional en el distrito de Fuencarral para denunciar que sospechaba de un contacto desconocido de su hija de 15 años que podría estar «ofreciendo y vendiendo drogas a niñas menores de edad para abusar sexualmente de ellas». Se trataba de un tal «Jota» y había que ponerle cara cuanto antes.

Los agentes del Grupo de Menores (Grume), se pusieron manos a la obra de inmediato para intentar evitar que el sospechoso sumara alguna víctima más a su listado y con ayuda de las redes sociales consiguieron identificar al supuesto traficante de drogas pederasta. En unas pocas semanas, los policías fueron capaces de localizar a más menores que habían tenido contacto con el traficante pederasta, y documentar una de las agresiones sexuales a las niñas, en concreto una serie de abusos consistentes en besos y tocamientos a las víctimas con ánimos libidinosos y  proponiéndole a las niñas llegar más lejos en su actitud.

Ofrecía hachís en su piso a menores

Los testimonios de la víctima y de las testigos, coinciden en el modus operandi del traficante, consistente en invitarles a beber alcohol continuamente, regalándoles hachís y pastillas de «tranquimazim» si subían a su casa con él.

Las víctimas, todas de entre 15 y 17 años, rechazaron en varias ocasiones los tocamientos del hombre en la habitación que compartía con el dueño de la vivienda. Los testigos consiguieron situar la zona donde podría vivir el traficante y el Grume se encargó del resto.

Evitaron que el traficante se suicidara

Con los datos exactos que habían conseguido reunir, los agentes averiguaron que el traficante de drogas pederasta vivía de prestado en la vivienda de un conocido, donde citaba a las niñas y otros menores para venderles la droga.

Una vez localizado el domicilio del pederasta que ofrecía drogas a las niñas, los agentes confirmaron con los vecinos que se trataba de la misma persona que estaban buscando y entraron en su domicilio con orden judicial.

Al verse descubierto, detenido y esposado en el salón de la vivienda, el traficante de drogas se levantó y se lanzó a la carrera al balcón de vivienda, un cuarto piso, intentando  quitarse la vida lanzándose al vacío. Los agentes del Grume, atentos a los movimientos del pederasta que ofrecía drogas a las niñas consiguieron detenerle en el último momento, salvándole la vida.

Coleccionaba ropa interior de menores

Durante el registro de la vivienda del traficante, los agentes encontraron pequeñas cantidades de hachís, marihuana, una balanza y una cantidad ingente de pastillas. También requisaron el cuaderno del traficante en el que anotaba cuidadosamente a mano las deudas de droga de cada menor al que le vendía hachís o marihuana y de paso sus reflexiones sobre las niñas o cualquier asunto que le interesara.

En una bolsa de plástico, oculta dentro de un cajón, se encontraba uno de los tesoros del pederasta, una decena de bragas y bañadores de niñas menores de edad.

El tal «Jota» resultó ser un madrileño viejo conocido de la Policía que ya acumulaba numerosos antecedentes por hechos violentos y menudeo de drogas con menores. De hecho, había sido detenido sólo un año antes en el distrito de Moncloa al ser sorprendido por los agentes de ese distrito comerciando con hachís con menores.

Su compañero de piso declaró que «Jota» el traficante  era «un hombre de gran corazón» que lidiaba con ciertos problemas mentales. El testigo insistió a los agentes que desconocía que vendía droga a menores en la vivienda y coleccionaba ropa interior de niñas.