¿Qué santos se celebran hoy, martes 15 de julio de 2025?
San Jacobo de Nísibis es uno de los santos que hoy se celebran
Preocupación de Roberto Brasero por lo que está a punto de pasar en España: "Vuelve…"
Jorge Rey revienta el verano y confirma que España no está preparada para lo que llega: "Fríos..."


¿Qué santos se celebran hoy, martes 15 de julio de 2025? Cuando miramos el calendario de la Iglesia Católica en busca del santo del día, lo que descubrimos muchas veces es más que un simple nombre: es una historia de vida, de entrega, de convicciones llevadas hasta las últimas consecuencias. Hoy, martes recordamos a dos figuras cuya memoria sigue viva no sólo por los textos que hablan de ellas, sino por lo que representan para creyentes de distintas tradiciones: San Félix de Tibiuca y San Jacobo de Nísibis. Dos santos de orígenes y contextos muy distintos, pero unidos por una fe inquebrantable.
El primero, mártir durante las persecuciones romanas por negarse a entregar las Escrituras; el segundo, un asceta que pasó de la montaña al obispado, defendiendo a su ciudad con oración y coraje. En un mundo donde la comodidad parece a veces más valiosa que la coherencia, la vida de estos dos hombres invita a reflexionar sobre el valor del sacrificio y la fidelidad. Tanto si uno cree como si no, su memoria plantea una pregunta universal: ¿por qué viviríamos, y por qué estaríamos dispuestos a morir?
San Félix de Tibiuca
El nombre de San Félix no es de los más conocidos entre los fieles de hoy, pero su historia tiene una fuerza que trasciende el tiempo. Fue obispo en Tibiuca, una pequeña ciudad cercana a Cartago, en lo que hoy sería Túnez. Vivió en tiempos difíciles, concretamente durante la gran persecución decretada por el emperador Diocleciano en el año 303. En ese contexto, las autoridades buscaban destruir los libros sagrados del cristianismo para erradicar la fe de raíz. La orden era clara: entregar las Escrituras o sufrir las consecuencias.
Félix, al regresar de un viaje a Cartago, fue requerido por el magistrado local para entregar los libros sagrados. Su respuesta fue rotunda: los tenía, sí, pero no pensaba entregarlos. «Antes prefiero que me quemen a mí que a la Palabra de Dios», dijo. Aquellas palabras marcaron su destino. Se le dio un plazo para reflexionar, pero Félix no cambió de postura. Fue encarcelado, trasladado de ciudad en ciudad, atado con cadenas, interrogado por distintos funcionarios. Su respuesta se mantuvo firme y serena: no iba a traicionar aquello en lo que creía.
Finalmente, fue llevado ante un prefecto que le pidió, una vez más, los libros. Su negativa fue la misma. La sentencia fue la decapitación. Tenía 56 años. Antes de morir, pronunció una oración de entrega que ha quedado como un testimonio de fe absoluta: agradeció a Dios por su vida, por su vocación, por haber podido predicar y mantenerse virgen y fiel. Sus últimas palabras fueron una alabanza eterna al Cristo al que servía. Hoy, 15 de julio, su memoria nos recuerda que hay convicciones que valen más que la propia vida.
San Jacobo de Nísibis
San Jacobo de Nísibis, nació hacia el año 270 en Nísibis, una antigua ciudad mesopotámica en la actual frontera entre Siria y Turquía. Desde joven, eligió la soledad, el ayuno y la oración. Vivía en las montañas, dormía sobre ramas secas y buscaba refugio en cuevas durante el invierno. Su fama de santidad creció rápidamente, y se le atribuían milagros, incluso el de resucitar muertos.
A pesar de su vida retirada, fue nombrado obispo de su ciudad, lo que le obligó a regresar al mundo urbano, sin abandonar por ello su austeridad. Como pastor, se convirtió en un verdadero protector de los débiles, defensor de los huérfanos, viudas y enfermos. Fue mentor de grandes figuras como San Efrén el Sirio y participó activamente en los debates teológicos de su tiempo: asistió al Concilio de Nicea en 325, donde defendió la doctrina de la consubstancialidad de Cristo, una cuestión clave frente a la herejía arriana.
Uno de los episodios más conocidos de su vida ocurrió durante el asedio de Nísibis por el rey persa Sapor II. Cuando todo parecía perdido, Jacobo subió a las murallas a orar, y se dice que como respuesta, una plaga de insectos atacó a los caballos del enemigo, obligando a levantar el sitio. Aunque la historia pueda tener algo de legendario, refleja la fe de un pueblo en su obispo y la figura de Jacobo como intercesor y protector. Falleció alrededor del año 341, y su culto se extendió tanto en la tradición latina como en las iglesias orientales.
Otros santos que se celebren el 15 de julio
Junto a los mencionados, en este día se celebra también a estos otros santos:
- San Abudemio de Ténedo
- San Andrés Nguyên Kim Thông Nam
- San Ansuero y compañeros
- San Atanasio de Nápoles
- San Buenaventura
- San Catulino y compañeros
- San David de Suecia
- San Felipe de Alejandría y diez niños mártires
- San Gumberto de Ansbach
- San José de Tesalónica
- San Pedro Nguyên Bá Tuân
- San Plequelmo de Roermond
- San Vladimiro Basilio
- San Pompilio María Pirrotti sacerdote escolapio.
- Beata Ana María Javouhey
- Beato Antonio Beszta-Borowski
- Beato Bernardo de Montcallier
- Beato Ceslas de Cracovia
- Beato Ignacio de Acebedo y compañeros
- Beato Miguel Bernardo Marchand