Sociedad

La macabra conversación entre Patrick y su amigo: «Pensé que me daría asco, pero soy un monstruo»

Dos horas y media fue lo que duró una conversación de whatsapp entre Patrick Gouveia, autor confeso del macabro asesinato cuádruple de Pioz, y su amigo Marvin Henriques Correia, en Brasil. La conversación se inició pasados unos minutos de las 19.00 horas, cuando Patrick ya había asesinado a Janaína, su tia, y a sus dos primos de 3 y 1 año.

En el intercambio de whatsapps a caballo entre la provincia española de Guadalajara y Brasil, Marvin, aconseja a su amigo Patrick acerca de cómo salir de la escena del crimen o preguntando acerca de escabrosos detalles del atroz asesinato. Una falta de empatía y de arrepentimiento total se derivan de la conversación de whatsapp, tanto por parte del autor de los crímenes como de su amigo brasileño que permanece atento al macabro relato de su colega.

Patrick:- Sólo estoy esperando al cuarto integrante

Marvin: -Me imagino la escena

– Llegando para matar.

– Jajajaja

P: – Llegué con 2 pizzas, charlamos un poco.

M: – ¿A quién acuchillaste primero, a la mujer?

P: -A la mujer

– después a la mayor

– de 3 años

– después al niño de un año

Durante las más de dos horas que dura la conversación en la conocida red de mensajería instántanea, los dos participantes no pierden comba. Entre líneas de texto y checks de recepción inmediatos se acumulan diversos delitos de ocultación, cooperación con el crimen, encubrimiento…

Patrick: -Hasta dudé de mí.

-pensé que me daría asco

-pero ahora estoy convencido

-soy un enfermo.

Percival Henriques, padre de Marvin, defiende a su hijo aduciendo que es «un niño dulce, sensible, al que le gustan los animales y los niños». Nada que ver con lo que se aprecia en la conversación mantenida con su amigo Patrick, a quien anima a concentrarse antes de que llegue su tío, al que Patrick espera para asesinar.

Marvin: -Concéntrate.

-no falles.

-Buena suerte.

Y así fue, después de dos horas y media, Patrick interrumpe la conversación durante 9 minutos, el tiempo que tardó en ejecutar a su tío. Después manda las fotos del crimen.

Patrick: -Si voy a la cárcel de aquí, bueno

-ni me importa

-voy a estar en una celda sólo para mí

«No existe ninguna posibilidad de que Marvin no vomitara si hubiera visto la escena del crimen» , dice su padre. Sin embargo, el amigo de Patrick mantuvo la conversación y la sangre fría aconsejándole la mejor manera de salir de Pioz.

Marvin: -Sal como si nada

-sal por delante

-por la mañana como si fueses a dar un paseo o algo así.

Patrick: -Por lo menos lo hice todo con guantes, no hay huellas.

Patrick, el autor confeso y material de lo que ya se conoce como el descuartizamiento de Pioz, se encuentra preso en España, donde viajó desde Brasil para entregarse, evitando así ser encarcelado en una prisión brasileña, en cuyo interior su seguridad física no estaba garantizada, dado el nivel de corrupción de los funcionarios y de la violencia del resto de presos.

El padre de Marvin, Percival Henriques es el presidente de una ONG que trabaja para la expansión de internet en los lugares más remotos de Brasil, que aboga por la creación de un dispositivo legal para castigar a las personas que divulguen imágenes de crímenes y tragedias. «No se puede hacer de la desgracia ajena, una opción de entretenimiento». Sin embargo pide clemencia con su hijo que permanece en una cárcel en Brasil mucho peor que la de Patrick si atendemos a la ligereza del miedo que le tenía. «La prisión preventiva es exagerada. Marvin no ofrece riesgo para la sociedad, no obstruyó ni puede interferir en las investigaciones y no hay la más mínima posibilidad de que huya, lo que además no tendría ningún sentido».

Las imágenes emitidas en Brasil muestran Marvin confesando que no se acuerda pero sí cree «que le daba sugerencias». Cabizbajo de pocas palabras, acobardado ante la situación de una toma de declaración televisada.