Sociedad

El padre Apeles tertuliano de Crónicas Marcianas es ahora capitán del Ejército de Tierra

Muchísima de la gente que adquiere fama efímera gracias a su paso por la televisión acaba dedicándose a otros sectores menos expuestos. Pero pocos cambios han sido tan impresionantes como el del padre Apeles. Su transformación le ha llevado de ser el cura más famoso de España, por sus intervenciones en Crónicas Marcianas, a convertirse en capitán del Ejército. 

Durante los últimos años, en los que José-Apeles Santolaria de Puey y Cruells ha estado alejados de los focos y las cámaras, el sacerdote se ha instruido en el Ejército y ha terminado siendo ascendido, dentro de la unidad de Reservistas de las Fuerzas Armadas, a capitán. El ascenso está recogido en una publicación del Ministerio de Defensa que desde el 2 de febrero circula por redes sociales. Así, Apeles es ya capitán reservista de la Subdelegación de Defensa de Tenerife, por lo que se encuentra disponible para este puesto en caso de ser convocado.

Este ascenso implica que Apeles ya había llegado a ser teniente sin que nadie se percatara pero el BOE publicó su ascenso el pasado martes. Todo apunta a que esta promoción haya llegado de forma automática por antigüedad.

El padre Apeles saltó a la fama en la década de los 90 como tertuliano en el programa ‘Moros y Cristianos’, junto a Javier Sardá. Sus comentarios incendiarios y sus opiniones políticamente incorrectas le granjearon el favor de las audiencias. Después llegaron otros tantos programas con personajes muy relevantes de la televisión española como el Telecupón con Carmen Sevilla, Día a Día con María Teresa Campos o Crónicas Marcianas, también con Javier Sardá. Incluso llegó a tener su propio espacio televisivo, Cita con Apeles, que presentó junto a Rocío Carrasco.

Durante lo últimos años, comenzó a apartarse de la televisión conforme su fama se diluía. En una de sus últimas apariciones en antena, en una emisión del programa Viva la Vida de Telecinco, confesó que su trabajo en la televisión le «desbordó» y le sumió en una depresión: «Tenía ganas de morirme. No tenía ganas de vivir. Tomaba muchos somníferos. Iba andando y me torcía mucho los pies. Llegó un momento en que solo tomaba las pastillas. Un amigo médico me inyectaba cortisona… Fue entonces cuando decidí ir al hospital» confesó el padre Apeles en directo.

Su última aparición pública fue en el debate de la Isla de las Tentaciones, en Cuatro. Después de vivir varios años en Bolonia, la última residencia conocida del padre Apeles es Roma, donde se compró un piso, según declaró en una entrevista a El Mundo.