Sociedad

La inteligencia creativa, vacuna contra la competencia laboral de los robots

La creciente robotización de numerosas empresas y la inteligencia artificial en el ámbito laboral van a suponer la pérdida de numerosos puestos de trabajo durante los próximos años, si bien también se crearán muchos otros. Para no salir perjudicado, la mejor vía es el desarrollo de la inteligencia creativa, intuitiva o emocional.

El último informe del Foro Económico Mundial sobre el futuro del trabajo advierte que entre 2015 y 2020 la digitalización de la industria puede hacer desaparecer 7,1 millones de puestos de trabajo, mientras que se crearán otros 2,1 millones. El profesor de Economía y Empresa de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), Josep Lladós, ha matizado en una entrevista a la agencia EFE que «más que puestos de trabajo enteros, los robots sustituirán tareas».

«Actualmente los robots sustituyen trabajos de conocimientos intermedios»

Las nuevas tecnologías «además de sustituir habilidades manuales, también pueden reemplazar habilidades mentales, como, por ejemplo, la capacidad de cálculo», ha explicado el profesor. «Mediante la programación de algoritmos a los robots conseguimos replicar tareas hasta ahora solo realizadas por humanos con una calidad muy buena y un elevado nivel de eficacia», ha añadido.

Lladós ha afirmado que «los trabajos que quedan protegidos de la robotización son aquellos donde es necesaria una mayor inteligencia creativa, intuitiva o emocional» ya que, en estos oficios, «la robótica se convierte en una ayuda porque evita al trabajador realizar las tareas rutinarias, por lo que dispone de más tiempo para desarrollar su creatividad». Así, en los trabajos científicos, por ejemplo, la automatización «se convierte en una ayuda para el investigador y no en un sustituto».

«Antes pensábamos que los trabajos afectados por la automatización eran los de menor cualificación», ha afirmado Lladós refiriéndose a algunos oficios del sector servicios, «pero actualmente los robots sustituyen trabajos de conocimientos intermedios» como la sanidad, el transporte, la limpieza o tareas administrativas, ya que se basan en tareas rutinarias.

Factoría automovilística robotizada (Foto: GETTY).

Lladós ha asegurado que «a medida que la tecnología avance, algunos puestos de trabajo saldrán beneficiados por los conocimientos técnicos que ésta pueda aportar», aunque ha destacado que «aquellos basados en mayor parte por tareas sustituibles entrarán en crisis», por lo que es necesario que sean «redefinidos».

Según el profesor de la UOC, «hay que favorecer que las empresas puedan organizarse de forma flexible», ya que el hecho de que la automatización sustituya algunas tareas provocará que «no necesariamente se tenga que trabajar desde la oficina ni realizar una cantidad de horas determinadas».

Ante esta situación, Lladós ha recomendado «estar preparado» para los cambios que conlleven la presencia de los robots mediante el «refuerzo de la formación continuada en el propio puesto de trabajo» para facilitar la adaptación a los empleados, aunque aquellos que se incorporen al mercado laboral deben también «formarse con anterioridad».

Invertir en formación

«Es importante invertir en educación para evitar la exclusión de aquellos colectivos sociales que puedan resultar más perjudicados por la evolución tecnológica», ha asegurado el profesor, quien advierte que «la necesidad de que exista una mayor formación irá relacionada con la necesidad de un nivel educativo más elevado para trabajar».

Lladós ha reiterado la importancia de apostar por la «formación basada en la inteligencia creativa, es decir, aquella que no es fácilmente programable con algoritmos» fomentando facultades como la intuición, la capacidad de ser innovador o de interactuar con el entorno, pues, de esta forma, es posible «transformar una amenaza en una oportunidad».

«Estamos viviendo un cambio de paradigma, no se trata de un fenómeno temporal», ha señalado Lladós ante el hecho de que «en 5 años se puede haber doblado el mercado de la robótica y la inteligencia artificial, y en el mismo periodo la penetración de los robots en la industria puede llegar prácticamente a la mitad de las actividades del sector».