Sociedad

Los cazadores de mentes de la Guardia Civil elaboran el «perfil psicológico» del padre de las niñas desaparecidas en Tenerife

La Guardia Civil trabaja de forma incansable para encontrar a las niñas desaparecidas en Tenerife. La última incorporación a la investigación ha sido un equipo de los llamados cazadores de mentes, cuya labor consiste en realizar la «autopsia psicológica» de los sospechosos, en este caso Tomás Gimeno, el padre de las pequeñas Olivia y Anna, desaparecidas desde el pasado 27 de abril.

El equipo, formado por cuatro mujeres y tres hombres, es parte del Servicio de Análisis del Comportamiento Delictivo (SACD) de la Guardia Civil y todos ellos son psicólogos y criminólogos. Su profesión ha tenido una fuerte presencia en el cine por medio de diversas series de televisión y películas, uno de sus grandes exponentes fílmicos es el personaje ficticio de Clarice Starling que perseguía al caníbal Hannibal Lecter. La unidad española se fundó hace 26 años y desde entonces trata de entender la mente de asesinos, violadores y secuestradores para arrojar luz a las investigaciones pertinentes. Entre otros casos de reciente actualidad en los que han trabajado están el de la desaparición de Diana Quer y la del pequeño Gabriel Cruz.

En este caso, el de las niñas y el padre desaparecido en Tenerife, tratan de recabar datos sobre el comportamiento del progenitor y cómo se relacionaba con otras personas para intentar averiguar cuáles fueron sus pasos y qué ha pasado con las pequeñas en paradero desconocido. Para ello se reúnen con antiguas parejas, amigos, compañeros de trabajo y familiares de los investigados. En el caso de Gimeno, han determinado el claro detonante de la separación decidida por Beatriz el verano de 2020, su pareja y madre de las niñas, y que posteriormente él descubriera que ella tenía nueva pareja, un ciudadano belga bastante mayor que él, algo que según han podido averiguar molestaba mucho a Gimeno.

Al término de su labor, los criminólogos presentarán un informe en el que detallarán algunas de las hipótesis más probables en torno a la desaparición de las niñas y del padre. Pero, tal y como explican ellos mismos, «no es ciencia con un 100 por ciento de posibilidades».