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Datos de la Universidad de Oxford

Uno de cada diez jóvenes vive con dolor físico y sólo el 50% mantiene contacto con su médico

Un estudio en el que colaboran investigadores españoles pone de manifiesto el estado de salud de los adolescentes de 11 a 15 años en Europa

Los expertos recomiendan prestar atención a las necesidades de los chavales en cuanto a dolor físico y salud mental

La ansiedad y su relación con el dolor físico

En caso de dolor, ¿guardar reposo o realizar actividad física?

Un equipo de investigación en el que han colaborado científicos de las universidades de Oxford, Cambridge, Oslo, el King’s College de Londres y el Parque Sanitario San Juan de Dios de Barcelona ha observado que casi uno de cada diez jóvenes de edades comprendidas entre los 11 y los 15 años viven con dolor físico y ha tenido ideaciones suicidas. Los expertos advierten que es necesario prestar más atención desde el punto de vista social, sanitario y académico para reconocer a estos adolescentes y poder ayudarles.

Los datos de los autores se han extraído de una base de datos de más de 8.000 jóvenes que participaron en el ensayo MYRIAD (acrónimo de ‘mi resiliencia en la adolescencia’ en inglés). Entre otros hallazgos, indican que el 9% de los chavales habían padecido dolor persistente (o recurrente, que remitía y volvía a aparecer) en los seis meses previos al sondeo. El porcentaje de ideaciones suicidas era prácticamente el mismo. Se incluyeron en esta categoría pensamientos sobre el suicidio, pero también otras formas de autolesión.

En este periodo de la vida, los sujetos han mostrado tener más riesgo de desarrollar depresión, ansiedad y problemas en las relaciones con sus iguales. También es más probable que necesiten tomar algún tipo de medicación.

También han visto que casi tres cuartos de los que declaraban vivir con dolor y experimentar ideaciones suicidas eran chicas (72,9%). El dolor recurrente o persistente afectaba al 22% de los individuos, el 20% se refería a las ideaciones suicidas.

Aunque en el trabajo se vio que muchos de estos chicos tienen acceso a servicios sanitarios, poco más de la mitad estaba en contacto de forma habitual con su médico de cabecera u otros profesionales que podrían ayudarles. Por ese motivo, los autores razonan que hay que trabajar más asegurarse de que los adolescentes con dolor o problemas de salud mental sean detectados y asistidos debidamente. Verena Hinze, del departamento de psiquiatría de la Universidad de Oxford, ha dicho al respecto: “Con las  personas jóvenes buscando atención profesional, es de vital importancia que tengamos presente el riesgo de suicidio en los adolescentes con dolor  recurrente o persistente”.

Para hacerlo, propone que se pongan en marcha iniciativas de formación para los profesionales que desempeñan su trabajo en el entorno sanitario, pero también en instituciones académicas y otros entornos sociales. A su modo de ver, lo mejor es abordar esta cuestión desde múltiples perspectivas, incluyendo servicios en el hospital, pero también en la comunidad, en las escuelas, entre otros puntos.

La experta ha añadido: “Los adolescentes con dolor e ideaciones suicidas toman más medicamentos analgésicos e informan de mayores dificultades en la esfera de la salud mental que los jóvenes que únicamente padecen uno de estos dos problemas”. Recomienda que se monitorice el control a la medicación, con evaluaciones de seguridad en jóvenes que se encuentran en esta situación. “Por supuesto, el tratamiento activo de los dos problemas, tanto el dolor como las ideaciones suicidas, sigue siendo clave para reducir el malestar y mejorar la calidad de vida de los adolescentes”, ha añadido.
Los datos del estudio se han dado a conocer en eClinicalMedicine.