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Tratamientos para diabéticos: coto para la obesidad y ahora posible terapia para el cáncer cerebral

Los investigadores encontraron que el uso prolongado de glitazona por parte de pacientes diabéticos se asoció con un riesgo reducido de tumores cerebrales

El estudio sugiere que estos medicamentos podrían reutilizarse para prevenir la metástasis cerebral

El equipo de investigación llevó a cabo dos estudios de casos y controles utilizando tumores cerebrales primarios y secundarios

  • Diego Buenosvinos
  • Especialista en periodismo de Salud en OKDIARIO; responsable de Comunicación y Prensa en el Colegio de Enfermería de León. Antes, redactor jefe en la Crónica el Mundo de León y colaborador en Onda Cero. Distinguido con la medalla de oro de la Diputación de León por la información y dedicación a la provincia y autor de libros como 'El arte de cuidar'.

Muchos son los avances que durante este pasado año han marcado el camino para tratamientos de enfermedades que hasta ahora se resistían a una mejor calidad de vida para los pacientes como Párkinson, Alzheimer o el cáncer. Pero en los últimos años, se ha trabajado para que la obesidad sea considerada como enfermedad y son muchos los tratamientos que se han implementado para abordar esta patología. En el último año, y tras comprobar que un medicamento para la diabetes, ozempic, podía servir para disminuir el apetito, las redes sociales no han escatimado esfuerzos por difundir su potencial.

El doctor y especialista en este campo, Iganacio Bernabeu, ha señalado que «las incretinas (péptido similar al glucagón tipo 1 o GLP-1 y péptido insulinotrópico glucosa dependiente o GIP) son hormonas producidas en el intestino en respuesta a la ingesta de alimentos. Regulan la motilidad del sistema digestivo, el metabolismo de la glucosa y producen sensación de saciedad y, por tanto, disminución del apetito. La semaglutida (Ozempic 0,25, 0.50 y 1mg) es un fármaco análogo de GLP-1, su administración (por inyección subcutánea semanal) reproduce los mismos efectos de la hormona natural».

Este cambio de paradigma contrajo una reacción en cadena contraria a su uso principal como era tratar la diabetes, lo que ha provocado el desabastecimiento del medicamento al derivar el tratamiento para casos de obesidad bajo prescripción médica.

Esperando a una nueva generación de productos para abordar la obesidad desde el uso de productos de insulina, lo que parece imparable es la nueva vida que se dará al medicamento para la diabetes.

Medicamentos antidiabéticos

Un estudio reciente, ha marcado una nueva línea de actuación en cuanto a los medicamentos antidiabéticos, conocidos como glitazonas. Al parecer, a largo plazo, las personas que están bajo su uso, tienen un menor riesgo de cáncer cerebral primario y secundario en comparación con los pacientes diabéticos que toman otros medicamentos, indica la investigación de la Universidad de Bristol (Reino Unido).

El estudio sugiere que estos medicamentos podrían reutilizarse para prevenir la metástasis cerebral en pacientes con cáncer que tienen un alto riesgo de cánceres secundarios, si la investigación actual está respaldada por estudios futuros.

Los fármacos agonistas de PPAR-a (fibratos) y agonistas de PPAR (glitazonas) son clínicamente importantes debido a su uso seguro y generalizado para tratar el colesterol alto (hiperlipidemia) y la diabetes. Estudios anteriores han sugerido que los fibratos y las glitazonas pueden desempeñar un papel en la prevención de tumores cerebrales. Dada la seguridad y el costo de los medicamentos, tienen el potencial de reutilizarse para prevenir cánceres cerebrales y reducir el riesgo de tumores secundarios al detener el crecimiento del tumor.

Utilizando registros de Atención Primaria de la base de datos de médicos de cabecera del Reino Unido, Clinical Practice Research Datalink (CPRD), que contiene datos de una red de más de 2.000 médicos de cabecera de más de 670 consultorios en todo el Reino Unido, los investigadores examinaron si esta teoría podría ser respaldada.

El equipo de investigación llevó a cabo dos estudios de casos y controles utilizando tumores cerebrales primarios y secundarios identificados dentro de CPRD entre 2000 y 2016. Los casos y controles se seleccionaron de personas que habían sido tratadas con algún fármaco antidiabético o antihiperlipidémico.

El estudio identificó a 7.496 personas con algún tumor cerebral (4.471 primarios; 3.025 secundarios) en total. Hubo 1.950 casos y 7.791 controles en los análisis de fibrato y 480 casos con 1.920 controles en los análisis de glitazona.

Los investigadores encontraron que el uso prolongado de glitazona por parte de pacientes diabéticos se asoció con un riesgo reducido de tumores cerebrales primarios y secundarios en comparación con los pacientes diabéticos que toman otros medicamentos. No se encontró asociación entre el uso de fibratos en pacientes hiperlipidémicos y ningún tipo de tumor cerebral.

«Las glitazonas, fármacos antidiabéticos, podrían estar potencialmente implicadas en un vía que previene los tumores cerebrales primarios y las metástasis cerebrales en pacientes diabéticos y otros pacientes. Nuestra investigación también podría utilizarse para comprender mejor las vías que previenen el desarrollo de tumores cerebrales primarios, como el glioma», señala la profesora de neuropatología y jefa del Centro de Investigación de Tumores Cerebrales de la Universidad de Bristol y consultora honoraria de North Bristol NHS Trust y una de las autoras del estudio, Katreena Kurian.

Prevenir la metástasis cerebral

«Si nuestra investigación se valida en estudios y ensayos más amplios, estos medicamentos podrían reutilizarse para prevenir la metástasis cerebral en pacientes con cáncer que tienen un alto riesgo de sufrir cánceres secundarios, como el de mama y el de pulmón», añade el profesor de Epidemiología Clínica en la Facultad de Medicina de Bristol: Ciencias de la Salud de la Población (PHS), Yoav Ben-Shlomo.

Se requieren más estudios para investigar si estos hallazgos se replican utilizando conjuntos de datos independientes de mayor tamaño y/o con mejores datos sobre el control del azúcar en sangre y otras posibles causas y efectos.

Si la asociación de glitazona es biológicamente causal, esto podría conducir a una mejor comprensión de los mecanismos fisiopatológicos y las posibles terapias para la prevención de los cánceres de cerebro. Los investigadores sugieren que esta hipótesis podría probarse en un futuro ensayo clínico doble ciego si surgen pruebas más sólidas de otros estudios, dada la seguridad y el uso actual de las glitazonas para controlar la diabetes.