Tipos de contracciones musculares y cómo reconocerlas
Hablamos de un proceso fisiológico en el que los músculos desarrollan tensión y se acortan o estiran ante un estímulo
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Hablamos de contracción muscular cuando tiene lugar un proceso fisiológico mediante el cual el músculo se acorta o se relaja, consecuencia directa del deslizamiento de las estructuras que lo componen. Esta reacción está relacionada también con la transmisión de un potencial eléctrico a través de las vías nerviosas, al igual que con la tensión que generan las fibras musculares mientras están en movimiento. Por regla general, existen varios tipos de contracciones musculares, que pueden clasificarse según su longitud, tensión, velocidad o dirección.
Tipos de contracciones musculares
Contracción isotónica o heterométrica
Este modelo es el más común en la mayoría de deportes y actividades físicas, y tiene lugar cuando las fibras musculares además de contraerse, modifican su longitud. Bajo esta premisa, la tensión va siempre acompañada de un acortamiento o alargamiento de gran intensidad. Las contracciones isotónicas se dividen a su vez en concéntricas y excéntricas.
La primera de ellas ocurre cuando un músculo produce la tensión suficiente como para superar una resistencia, movilizando la parte del cuerpo correspondiente. Por su parte, la contracción isotónica excéntrica es aquella en la que esa resistencia es mayor que la tensión ejercida por el músculo, provocando que este amplíe su longitud.
Contracción isométrica
En esta ocasión, el músculo permanece estático, sin variar su medida o longitud. Sin embargo, a pesar de este equilibrio, todavía es capaz de generar cierta tensión. Un ejemplo claro de ello es cuando elevamos con el brazo un objeto pesado y lo mantenemos fijo en esa posición.
Contracción auxotónica
La combinación de las contracciones isotónicas e isométricas se traduce en este complejo modelo. Una reacción que surge cuando al inicio de la contracción potenciamos la parte heterométrica, mientras que al final acentuamos la isométrica. En la práctica, la encontramos cuando se trabaja con los extensores, que estiran el músculo gradualmente, para mantenerlo estático segundos después.
Contracción isocinética
Cerramos la clasificación con un nuevo tipo de contracción, que incluye un movimiento constante a máxima velocidad, común en aquellos deportes que no necesitan una celeridad uniforme e incesante. Como es el caso del remo o la natación, pues aquí el agua ejerce una resistencia que motiva dicha tensión.