¿Qué es la resistencia a la penicilina?
En el mundo de los fármacos y los contrafármacos, la resistencia a la penicilina es una cuestión muy importante. ¿En qué consiste?
Una bacteria obtiene resistencia a la penicilina por herencia genética cuando se multiplica, pues ocurre un error en la copia del ADN, llamado comúnmente mutación. Cualquier tipo de mutación puede conducir a la resistencia de un antibiótico. El caso de la resistencia a la penicilina es bastante particular, pues el mecanismo de resistencia ya no actúa sobre el antibiótico sino sobre su objetivo en la bacteria. Cuando la bacteria adquiere un gen de resistencia a la penicilina, la enzima sobre la que actúa la penicilina se modifica y, por lo tanto, se vuelve insensible al antibiótico.
Resistencia a la penicilina
Se han realizado investigaciones que han demostrado que los residuos de antibióticos encontrados en zonas destinadas a la agricultura, empleados en la década de 1950, como el estiércol, la tierra o el agua, pueden haber tenido un gran impacto en la propagación de la resistencia a las ampicilinas.
El uso indebido de medicamentos en la medicina humana ya no está en duda. Pero la utilización de grandes cantidades de antibióticos en la alimentación animal y la agricultura es una causa de resistencia a la penicilina que ha pasado desapercibida durante mucho tiempo.
Los antibióticos son ampliamente utilizados, pero poco regulados por los agricultores, piscicultores y ecologistas. Dichos profesionales los emplean en acciones terapéuticas o profilácticas y, especialmente, como factores de crecimiento y ganancia de masa corporal.
Historia de la resistencia a la penicilina
Las primeras resistencias a la penicilina se registraron en la década de 1940 y como se descubrían nuevos antibióticos a ritmo constante, la resistencia a los antibióticos no atrajo inicialmente la atención del público ni tampoco de la industria farmacéutica.
Ya en los finales del siglo XX, hubo consenso en que el impacto del uso excesivo de antibióticos, agravados por la escasez de nuevos fármacos en el mercado, podrían conducir a un riesgo a mediano y largo plazo de crisis sanitaria mundial para ciertas enfermedades.
La OMS, Organización Mundial de la Salud, instó oficialmente en el año 2003 a todos los criadores a no utilizar los antibióticos como factor de crecimiento y a utilizarlos con suma cautela en terapias.
Fue en la Unión Europea, en el año 1999, cuando se había planteado por primera vez el tema y se había comenzado a frenar esa tendencia. Fueron detectados entonces, cinco promotores del crecimiento: bacitracina de zinc, espiramicina, cilosina, virginiamicina y olaquindox. Todos ellos prohibidos a partir de ese momento.
En la actualidad, la OMS ha realizado varias campañas de sensibilización y ha difundido que ya son más de 114 países que han demostrado resistencia a la penicilina. Esto demuestra que el mundo ya está afectado y que la amenaza para la salud humana puede considerarse grave.
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