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Qué es la megarexia: el desorden alimenticio que pasa desapercibido

Son muchos los trastornos de la alimentación de los que es conveniente informarnos para poder detectarlos y tratarlos a tiempo. Aunque algunos de ellos nos resultan más conocidos y sabemos cuáles son sus principales características, otros han pasado desapercibidos. Vamos a destacar la megarexia y lo que deberías saber sobre ella.

Lo primero que hay que aclarar es que quienes sufren de este trastorno son pacientes con sobrepeso u obesidad. Ellos están convencidos de que se encuentran en un buen estado de forma cuando no es así, y eso les impide hacer algo para estar mejor. Podríamos decir entonces que si bien es un desorden que afecta la alimentación, en realidad las terapias deben ser psicológicas.

Qué entendemos por megarexia

Una equivocación que se comete a menudo es la de confundir la megarexia con la anorexia, una alteración más recurrente y famosa. Debido a la popularidad de la anorexia, se cae en el error de abordar la megarexia desde un ángulo que dificulta la recuperación. Básicamente, para que quede claro, el megaréxico es alguien que niega sus evidentes problemas de sobrepeso u obesidad.

Este trastorno conductual deriva en una relación tóxica con los alimentos. La persona considera que puede comer lo que quiera ya que, desde su punto de vista, se halla en buenas condiciones. Sin embargo, quienes rodean a la persona que sufre este trastorno son conscientes de que debería cuidarse con ciertas comidas. El inconveniente es que esto origina choques y discusiones que dañan los vínculos personales.

Si a eso le sumamos que se calcula que hay más de 500 millones de habitantes con sobrepeso u obesidad en todo el planeta, entonces está claro que deberíamos ser precavidos con los demás y honestos con nosotros mismos sobre nuestro estado físico.

Principales síntomas

Si el primer indicio de la megarexia es esa percepción alterada del propio cuerpo, luego suelen aparecer otras como una notable despreocupación por la salud y la higiene personal, una baja autoestima y hasta intentos de mantenerse lejos de la gente.

Tratamiento del trastorno

Las terapias para este trastorno consisten en intentar provocar un cambio en la actitud del paciente, logrando en primera instancia que reconozca el trastorno para que acepte la ayuda familiar y profesional. Los tratamientos van desde una dieta sana, hasta la posibilidad de realizar una reducción de estómago. Todo dependerá de lo grave que sea la condición de la persona.