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Qué es la fagofobia o el miedo a atragantarse

Entre las diferentes fobias que existen podemos remarcar la fagofobia o el miedo a atragantarse. Una cosa es que nos suceda de verdad y tengamos miedo a ello y la otra es que tengamos un miedo irracional e inexplicable a que suceda sin que haya todavía pasado. Por esto veamos en qué consiste, cuáles son sus causas y posibles tratamientos.

Según Betania Psicología, como cualquier fobia, supone un miedo o ansiedad intensa al exponerse al hecho temido (en este caso tragar) de forma que la persona evita persistentemente afrontar dicha situación.

Al notar esta ansiedad antes de comer, entonces nos paralizamos porque es una amenaza y el cuerpo se prepara para afrontar el peligro manteniéndonos en un estado de alerta donde se agudizan nuestros sentidos para identificar cualquier señal de amenaza.

¿Qué define a esta fobia?

¿Cuáles son los síntomas de la fagofobia?

Son variados y distintos, y dependen también de cada persona porque no cursan igual para todo el mundo que tenga esta fobia.

Entre los síntomas físicos están los propios de la ansiedad y que surgen en una gran cantidad de síndromes y fobias. Es el caso de las palpitaciones, la sudoración excesiva, el nerviosismo, sensación de ahogo, mareo, dolor de cabeza, dolor de estómago, etc.

Luego hay también síntomas cognitivos que aparecen cuando la persona ve que debe tragar o bien piensa en que tiene que hacerlo próximamente. Así aparecen pensamientos imaginativos e ilógicos sobre ello que se quedan clavados en  la mente.

Otros síntomas están relacionados con la evitación o las conductas de escape para evitar estar frente al problema.

Por qué sucede este problema

Ello puede surgir por diversas razones, alguna de las cuales pueden estar relacionadas con un trauma anterior relacionado con la acción de tragar. A veces no es por una razón concreta y surge porque sí teniendo algunas actitudes ansiosas que salen sin una causa justificada.

Algunas personas lo confunden con algún trastorno relacionado con la conducta alimentaria, pero no está realmente claro del todo. Es el médico y el psicológo los que debe valorar si realmente está relacionado con ello pero para esto debe haber otros síntomas.

¿Puede curarse el miedo a atragantarnos?

De igual forma que otras fobias, este problema también debe solventarse, pero uno debe estar seguro de querer afrontar el problema.

El tratamiento de fagofobia  debe estar tratado por el psicólogo y también por el psiquiatra. Y en el caso de que haya un trastorno con la alimentación también la figura del nutricionista. En el centro de psicología Sara Navarrete aconsejan analizar la situación del paciente, el estado físico y su índice de masa corporal para iniciar un tratamiento a medida.

Especifican que esta fobia es un trastorno y que tiene curación, así que uno debe comenzar con una actitud positiva. Y como consejos expone que apuntemos en una lista todos los alimentos que te producen ansiedad de más a menos y otra con los que no producen ansiedad  de menos a más.

Lo más importante es que uno debe enfrentarse al problema. Es decir, a estar delante del plato e intentar comer pensando que no hay miedo a atragantarnos porque es algo de nuestra mente, es decir, no es real. Ante ello, hay técnicas para ayudarse como el mindfulness y la conciencia del aquí y ahora para superar este problema. Aprender a respirar y canalizar emociones son también importantes.

El tratamiento psicológico puede establecerse según la terapia cognitivo-conductual para la fagofobia, que es la más usada en este tipo de problemas psicológicos, centrándose en la exposición con prevención de respuesta (EPR).

Mientras que si el médico lo cree necesario es posible tomar fármacos que acompañan a la terapia psicológica para sentirnos mejor y porque son necesarios en según qué casos específicos. Nos calman y reducen la ansiedad que no nos deja avanzar, pero no son un milagro, de manera que los pensamientos obsesivos deben irse de la cabeza.

En Psicoavanza explican que para trabajar el miedo a tragar se utiliza la terapia de EMDR (Desensibilización y reprocesamiento por movimiento ocular), que es necesario para bajar los niveles de miedo. Con esto incorporamos un patrón positivo para futuras acciones libres de miedo.

Otra manera es trabajar aquellas sensaciones a nivel corporal. Pues en esta fobia hay opresión en el cuello y en la garganta y es necesario relajar esta zona para no sentir este síntoma. Debemos ser conscientes de que, tanto el enfermo como su familia deben poner de su parte para ayuda en este tema porque si uno no lo ve claro entonces es muy complicado que el problema pueda reducirse.