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En qué consiste la dieta hipocalórica

La dieta hipocalórica es aquella en la que se ingieren menos calorías que las que se consumen a lo largo del día. A la hora de realizar un plan de alimentación de este tipo debemos pensar en  cuál es el gasto calórico diario, teniendo en cuenta un amplio abanico de factores: edad, estilo de vida, etc.

Esto se calcula sumando el gasto metabólico basal, el cual realiza el organismo por el simple hecho de estar vivo, y las calorías gastadas mediante la actividad física diaria y de la práctica deportiva.

El beneficio de la comida baja en calorías se conoce como dieta hipocalórica, la cual no tiene efecto rebote. Y es especialmente recomendada para personas que padecen obesidad, hipertensión arterial, riesgos de enfermedad cardiovascular, apnea del sueño y diabetes, entre otros.

En una dieta hipocalórica resulta tan importante los alimentos que se consumen como la forma de prepararlos. Los expertos recomiendan cocinarlo al vapor, hervido, o guisado. Es importante evitar las frituras, ya que las calorías aumentan hasta en un 70%.

Alimentos en una dieta hipocalórica

En un plan de alimentación bajo en calorías se debe favorecer el consumo tanto de frutas como de verduras. Son alimentos con un gran aporte de micronutrientes como las vitaminas. Además, favorecen en gran medida la hidratación del organismo. A todo esto hay que sumar que su aporte calórico es mínimo.

El pescado, especialmente el azul, también es un alimento muy adecuado en una dieta hipocalórica. Además de un contenido calórico mínimo, es muy rico en ácidos grasos Omega-3, los cuales cuidan en gran medida la salud cardiovascular. También tiene un amplio abanico de nutrientes que cuidan el buen funcionamiento del organismo.

Se deben evitar los alimentos hiperprocesados, como los snacks o los dulces ya que aportan una gran cantidad de calorías. Además, en muchos casos son calorías vacías puesto que su valor nutricional es muy pobre. No generan saciedad, de modo que únicamente suman calorías al organismo. Este tipo de alimentos no deben ser consumidos en un plan de alimentación saludable.

Lo mismo sucede con el alcohol. Tiene un contenido alcohólico muy alto y no resulta nada saciante por ser líquido y no requerir de masticación. Es por ello que tampoco se aconseja su consumo.