Qué comer después de haber sufrido un infarto

Una mala alimentación y el estrés pueden influir de manera importante sobre nuestra salud, sobre todo en lo que se refiere al corazón. Por desgracia cada vez son más jóvenes las personas que resultan afectadas por un infarto. Una vez superada esta dolencia hay que seguir las restricciones establecidas por el médico y adquirir unos nuevos hábitos de alimentación para que no se vuelva a repetir. Hoy te explicamos qué comer después de haber sufrido un infarto.

Cuándo se produce el infarto

Este problema cardíaco se origina cuando el tejido cardíaco fallece a consecuencia de la obstrucción de las arterias coronarias. Este taponamiento se origina sobre todo por el alto consumo de alimentos con contenido de lipoproteína de baja densidad, lo que se conoce vulgarmente como colesterol malo. Este tipo de colesterol rebaja el grosor de las arterías provocando la formación de coágulos debido a la mala circulación de la sangre.

Cambios en la dieta

Aquellas personas que hayan sido víctimas de un infarto deben adaptarse lo más rápido posible a su nueva vida y a retomar con normalidad las relaciones familiares, laborales y sociales. En realidad no hay motivos para que influya sobre ella. La rehabilitación ha de realizarse con rapidez y además, todos los cambios que se adopten van a ser para el resto de su vida. Se trata en definitiva de llevar una vida saludable, en donde se realice ejercicio y la alimentación sea lo más sana posible. Ese el secreto para que no se vuelvan a repetir los infartos.

Disminuir raciones

Cuidaremos al máximo nuestra dieta, sin permitirnos casi ningún capricho. Lo primero que haremos será disminuir el tamaño de las raciones y procuraremos cenar al menos un par de horas antes de ir para la cama para que el estómago realice bien la digestión y no se sienta demasiado pesado. Nuestra dieta se basará sobre todo en verduras, hortalizas y frutas frescas, olvidándonos por completo de aquellos platos que son ricos en grasas, además de las frituras. También le prestaremos más atención a la preparación de las comidas, ya que lo más conveniente es elaborarlos al vapor, al horno o cocidos. Olvídate de comer con sal y en su lugar, para darle un poco más de sabor a los platos recurriremos a las especies y hierbas aromáticas.

Otros alimentos a restringir

Habrá que limitar mucho más el consumo de embutidos y carnes rojas, que será preciso reemplazarlas por las carnes magras como el pollo o el pavo, además del pescado. En cuanto a los lácteos intentaremos que sean desnatados y suprimiremos también la mantequilla y otro tipo de grasas. El aceite de oliva se podrá utilizar, pero siempre en cantidades moderadas. Si te encuentras entre esas personas que no puede dejar de consumir las carnes rojas, lo mejor es que te pongas en manos de nutricionista y te elabore una dieta que se adapte a tus necesidades. Piensa en todo momento que tu corazón está en juego y que necesitas poner todo de tu parte para que no se repita el infarto.