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Una proteína presente en el trigo y otros cereales

No solo los alimentos esconden gluten, algunos champús y medicamentos también

Hay que tener en cuenta que pequeñas cantidades de gluten pueden producir un gran daño intestinal en estos pacientes, por lo que es muy importante evitar la contaminación cruzada

¿Qué es el gluten y qué alimentos lo contienen?

Consejos para comer sin gluten

El gluten es una proteína que se encuentra en diversos cereales, fundamentalmente en el trigo, aunque también en otros como la cebada y el centeno. El alimento en sí no es dañino, pero en personas genéticamente predispuestas, produce una reacción inflamatoria e inmunológica en el intestino delgado que provoca atrofia de las vellosidades intestinales y daño en la mucosa intestinal. Esto es lo que llamamos enfermedad Celiaca, o celiaquía.

En estos pacientes, según explica el Doctor Diego Sánchez a OKSALUD, médico especialista en aparato digestivo, «el consumo de esta proteína, aún en cantidades muy pequeñas, puede producir y mantener este daño en el intestino, produciendo a corto y largo plazo consecuencias clínicas».  U añade: «La celiaquía responde en un 98% de forma completa a una dieta exenta de gluten, por lo que el paciente celiaco debe tener cuidado para no ingerir nada de esta proteína», asegura el experto.

¿Dónde se encuentra el gluten?

El problema de esta proteína es que está presente en cereales ampliamente distribuidos en nuestra dieta. Así, todo alimento compuesto de trigo, como panes, pasteles, galletas o pastas, entre otros muchos, están absolutamente prohibidos para el celiaco.

Hay que tener en cuenta que pequeñas cantidades de gluten pueden producir un gran daño intestinal en estos pacientes, por lo que es muy importante evitar la contaminación cruzada, es decir, no comer del plato de otra persona que esté consumiendo esta proteína, no usar la misma freidora, emplear guantes a la hora de manipular alimentos y otras tácticas con el objetivo de reducir a la mínima su consumo.

El especialista advierte, además, de que «es sorprendente dónde podemos encontrarlo». Y prosigue: «Numerosos medicamentos contienen esta proteína como excipiente. También ciertos champús tienen cereales en su composición. Llamativo es, además, su presencia en las hostias de comunión».

Por todo esto, «el paciente celiaco debe ser una especie de detective y, ante la duda, evitar consumir alimentos si no se está completamente seguro de que estén libres de gluten», apunta el experto.

Seguridad ante todo

Del mismo modo que es muy importante que el paciente celiaco conozca perfectamente los alimentos que pueden contener gluten, es absolutamente fundamental que se genere una cultura social también, tanto en las familias de pacientes celiacos como en la hostelería y en la industria alimentaria con el fin de que estos pacientes se sientan totalmente seguros y cómodos a la hora de comer.

Por esto, recuerda el doctor Sánchez, «muchos países ya han legislado incluir en el etiquetado de productos de consumo un logotipo gluten-free, que significa que ese producto contiene menos de 20 mg de esta sustancia por Kg de producto». De esta forma, continua el experto, «el paciente con celiaquía puede ordenar mejor su dieta».

Sin embargo, el precio sigue siendo un problema, asegura: «Un problema aún por resolver es el elevado precio de estos productos en comparación con los que no lo contienen, debido a los costes de elaboración y cultivo de los mismos, aunque en algunos países esto se compensa con subvenciones y ayudas».

Con todo esto, se ha creado una tendencia de culpabilizar a la proteína de muchos trastornos digestivos y se piensa que, ante cualquier problema de salud digestiva, hay que eliminar esta proteína de la dieta. Es importante matizar este aspecto, enfatiza el doctor Sánchez, «ya que, si un paciente no es celiaco, no hay motivos para realizar una dieta estricta sin gluten». No obstante, prosigue, «esta sustancia no es esencial para nuestra alimentación, pero, debido a su amplísima distribución, se corre el riesgo de que al seguir una dieta sin gluten y sin supervisión, se pueda producir una malnutrición».

En cualquier caso, «hay que tener en cuenta que existen pacientes que tienen una sensibilidad aumentada a esta proteína no celiaca, es decir, que la ingesta de este les hace sentir mal, aunque sin llegar a provocar daño intestinal», explica el doctor. Es importante estudiar bien cada caso, «ya que en muchas ocasiones no es el gluten el que provoca el malestar, sino el resto de aderezos, conservantes y saborizantes que se les añade a ciertos alimentos para estimular su sabor», concluye.