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Estatuto Marco

Mónica García y tres sindicatos desafían la unidad de acción contra el nuevo marco laboral sanitario

Mónica García ha conseguido la "proeza" de poner de acuerdo a todo el colectivo médico en contra del anteproyecto

  • Diego Buenosvinos
  • Especialista en periodismo de Salud en OKDIARIO; responsable de Comunicación y Prensa en el Colegio de Enfermería de León. Antes, redactor jefe en la Crónica el Mundo de León y colaborador en Onda Cero. Distinguido con la medalla de oro de la Diputación de León por la información y dedicación a la provincia y autor de libros como 'El arte de cuidar'.

La ministra de Sanidad, Mónica García, acorralada por la unidad de acción -hasta ahora- de todo el colectivo sanitario español en contra de su anteproyecto de reforma del Estatuto marco de la profesión médica, ha logrado que los sindicatos médicos de Madrid (AMYTS), Cataluña (Metges de Catalunya) y Euskadi (SME), rompan con la Confederación Nacional de Sindicatos Médicos (CESM) que agrupa en España a más de 15 organizaciones para tratar de dirigir las acciones contra el borrador de ley que se considera desde la CESM un total «retroceso en derechos de la profesión» y un «desprecio» hacia este colectivo.

A modo de caballo de Troya, la titular de Sanidad, Mónica García, trata de frenar no sólo la mayor manifestación de sanitarios programada para el próximo 13 de febrero ante Sanidad, algo imposible de lograr, sino ahora, reeditar el pacto de Gobierno de Pedro Sánchez al sumar apoyos sindicales de regiones como País Vasco o Cataluña. Sindicatos que han abandonado la Confederación Nacional de Sindicatos Médicos (CESM).

Y es que, la actual candidatura sindical y ejecutiva de la CESM, fue avalada por la mayoría de las agrupaciones de comunidades como Murcia, Extremadura, Valencia o Castilla y León, entre otras. El sindicato AMYTS de Madrid, tampoco apoya a la actual estructura sindical médica de España. Es más, muchos sindicalistas, aseguran que algunos de sus miembros son asesores de la ministra Mónica García e involucrados en Más Madrid, algo que no ayuda al colectivo médico.

Por otra parte, a pesar de que los sindicatos no pueden negociar fuera del ámbito sindical, se están llevando a cabo distintas conversaciones entre el ministerio de Sanidad y estos tres sindicatos, Madrid, Cataluña y País Vasco.

La ministra de Sanidad, Mónica García, ha conseguido la «proeza»  de poner de acuerdo a todo el colectivo médico para mostrar su «rechazo absoluto» al anteproyecto. Organizaciones sanitarias de toda España, han rechazado de manera conjunta el borrador del Estatuto Marco propuesto por el Ministerio de Sanidad, al tiempo que consideran que el camino pasa por un convenio propio para los facultativos.

Otra ‘chapuza’ de Mónica García

Las organizaciones se han mostrado decididas a coordinar las acciones necesarias para alcanzar una regulación específica para el médico y el facultativo enfocada a que el Sistema Nacional de Salud (SNS) mantenga su elevado nivel de calidad asistencial y un grado de satisfacción relevante por parte de la ciudadanía.

Desde los sindicatos médicos convocantes quieren animar a los profesionales y a otras organizaciones de médicos y facultativos a sumarse a la movilización y a que el Ministerio de Sanidad escuche y tenga en cuenta reivindicaciones históricas y justas.

Como han señalado, se trata de un momento crucial para decidir el futuro de la profesión y más aún si el Ministerio de Sanidad no está decidido a avanzar en un Estatuto propio, ni a mejorar significativamente sus condiciones de ejercicio.

Un texto que «ataca a la profesión»

El texto que ha elaborado el ministerio, tal y como está, es un ataque directo a la profesión, ya que deja completamente desasistido al médico con las propuestas que se hacen respecto a jornada laboral, reclasificación profesional y el régimen de incompatibilidad, cuestiones que, en el caso de las dos primeras, durante el largo proceso de reuniones de trabajo para debatir y recoger aportaciones de los representantes sindicales, se han dejado de lado sin ser sometidas a ningún tipo de negociación.

De ahí la sorpresa al confirmar cómo no sólo no se han tenido en cuenta las propuestas aportadas, sino que hemos visto que el borrador facilitado de la futura norma empeora la actual sobre el tiempo de trabajo, porque no elimina la obligatoriedad de hacer guardias, y no contabilizan estas horas como tiempo trabajado para la jubilación; la retribución de las guardias sigue siendo inferior a la de la hora ordinaria; no se regulan las guardias localizadas; mantiene para los médicos una jornada obligatoria de 48 horas y plantea una jornada especial de hasta 150 horas más; no computa las horas de descanso diario semanal post-guardia y obliga a su recuperación.

Además de este agravio, hemos comprobado hasta dónde se pretende ningunear al médico, un profesional con una formación de 360 créditos y nivel MECES III y con mayor responsabilidad y cualificación en el proceso asistencial, que termina englobado en el mismo grupo profesional que otras categorías a las que se les exige una formación de 240 créditos (nivel MECES II), todo ello sin ningún aumento retributivo o aumentos que simplemente afectan al resto de graduados pero no al médico.