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13 DE JUNIO, DÍA EUROPEO PARA LA PREVENCIÓN DEL CÁNCER DE PIEL

¿Lunar o melanoma? la regla del ABCDE te ayuda a diferenciarlo

El primer signo del melanoma es un cambio en la forma, el color, el tamaño o el diámetro del lunar

Más de una quinta parte de las personas que acuden al dermatólogo lo hacen tras observar la aparición o malformación de manchas y lesiones en su piel. La última medida que conseguiría evitar la totalidad de los cánceres de piel es la exploración y análisis en casa, por parte del propio paciente, de lunares o lesiones sospechosas en la piel (por ejemplo, que no curan).

En este sentido, el Dr. Miguel Sánchez Viera, director del Instituto de Dermatología Integral (IDEI), «lo ideal es realizarla una vez al mes, ayudándonos con espejos o pidiendo ayuda a algún familiar para ver zonas complicadas, como son la parte trasera del cuerpo, el cuero cabelludo o detrás de las orejas. Es un examen que no debería llevarnos más de 10 minutos y que puede realizarse tras salir de la ducha. Haciéndolo regularmente y acudiendo al dermatólogo ante cualquier duda o sospecha, se minimiza al máximo la posibilidad de desarrollar un cáncer de piel».

Y añade que en la autoexploración «no hay que olvidarse de mirar la espalda, zona de los genitales, las plantas de los pies y los talones, las uñas (se pueden formar debajo), entre los dedos de pies y manos, debajo de los senos (en el caso de las mujeres)»

Cómo identificar lunares sospechosos

Lo ideal sería hacer una visita al dermatólogo una vez al año. Aquellas personas con antecedentes personales o familiares directos de cáncer de piel (más aún si ha sido melanoma), con más de 30 lunares en su cuerpo o con historia de muchas quemaduras solares en su infancia o a lo largo de su vida, deben revisarse incluso con más frecuencia.

Estas personas de riesgo deberían, si es posible, realizarse una prueba denominada dermatoscopia. La dermatoscopia es una exploración no invasiva de la superficie de nuestra piel con un equipo que no emplea radiaciones y que permite examinar los lunares y otras lesiones sospechosas con un microscopio de superficie, realizando un mapa digital en el que se localizan cada una de las lesiones registradas. Estos datos son almacenados y comparados con los nuevos que se van obteniendo cada año, permitiendo detectar precozmente cualquier lesión sospechosa.

Además, la autoexploración con ayuda de un espejo, puede ayudarnos a sospechar de lunares potencialmente malignos. Aplicando la regla del ABCDE podemos saber a qué lunares prestar más atención para acudir al dermatólogo.

Los nuevos métodos diagnósticos empleados por los dermatólogos facilitan esta tarea. La dermatoscopia digital, método no invasivo y fácil de practicar a cualquier persona (incluso a embarazadas ya que no emite ningún tipo de radiación), consigue que los dermatólogos puedan controlar de un modo muy preciso la evolución de los lunares y otras lesiones sospechosas antes incluso de que evolucionen a un cáncer de piel.

La dermatoscopia digital se realiza mediante equipos de fotografía digital que realiza un mapa seriado de nuestra piel, asociado a la detección mediante microscopio de superficie de lesiones sospechosas, almacenando las imágenes para su seguimiento y comparación posterior. Además, también analiza la forma, el color, el diámetro y la evolución, facilitando tomar una decisión en cada momento.