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Turrones

Lo que te puede pasar si te comes el turrón del año pasado

En general, cuando planificamos las compras de la cesta navideña solemos exagerar un poco en cuanto a la cantidad de productos. Muchas veces sobran artículos que no consumimos y, con los meses, acaban durando hasta el final del siguiente año. Seguramente te haya pasado, y te estés preguntando qué pasa si comes el turrón del año pasado. Vamos a averiguarlo.

El caso es que los turrones son uno de los alimentos más característicos de estas épocas, junto con los polvorones y los mazapanes. Probablemente si echas un vistazo a tu armario de la cocina descubrirás que tienes alguno del año pasado y querrás saber si puedes comerlo.

Qué pasa si te comes el turrón del año pasado

¿Cuándo caducan los turrones?

Ésta es la duda que tendrás al descubrir que el turrón no tiene una fecha de caducidad como tal sino una fecha de consumo preferente. Podría parecernos que se trata de la misma información, pero en realidad tienen connotaciones distintas y hay que saber diferenciarlas.

Al poseer fecha de consumo preferente, esto significa que el turrón no caduca como sí sucede con los alimentos con fecha de caducidad específica. Pero, aunque sea una buena noticia porque en principio no hay que descartarlo, también obliga a ser responsables con su consumo.

Cuando nos encontramos con fechas de consumo preferentes, tendremos que prestar atención a las características del producto. Dado que no perderá sus propiedades originales en ningún momento concreto, tendremos que evaluarlas por nuestra propia cuenta.

¿Cuánto dura un turrón en buen estado?

Normalmente, la fecha de consumo preferente de los turrones es de un año desde su elaboración, por lo que, suponiendo que hubieran sido elaborados en vísperas de las fiestas, en el próximo año estarían al límite de lo recomendable. Si tiene más de un año, es mejor desecharlo.

¿En qué fijarse para comprobar las condiciones del turrón?

Como en todos los artículos alimentarios que vienen con fecha de consumo preferente, antes de ingerirlo tienes que analizarlo en detalle. Primero, es importante que haya sido guardado en un lugar oscuro y fresco, lejos de los rayos solares y de las temperaturas elevadas.

Aclarado esto, debes abrir el turrón y comprobar su aspecto, su aroma y su sabor, y que se correspondan con los que tiene uno recién hecho. Siempre que notes alguna anomalía, es aconsejable que no lo ingieras y que compres otro nuevo o podrías sufrir algún tipo de intoxicación.