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El joven más alto del mundo que no para de crecer

Su nombre es Broc Browm. A sus 19 años podría llevar una vida normal como la de cualquier otro joven de su edad, pero se encuentra con un problema que no parece encontrar solución. Con sus 2,34 metros de altura ha conseguido convertirse en el joven más alto del mundo y lo peor de todo es que no para de crecer.

Aparece en el Libro Guinness de los Récords como el adolescente con más estatura del mundo. Al parecer, este constante crecimiento se debe a un desorden genético de nombre Síndrome de Sotos que se lo detectaron cuando apenas tenía cinco años. En declaraciones al diario The Telegraph, su madre asegura que no existe ningún tratamiento para frenar su crecimiento.

Incluso entre los médicos que le atienden existe la incertidumbre de si seguirá aumentando la estatura o llegará el día en que deje de crecer. Al año incrementa la altura en unos quince centímetros de media, por lo que de seguir a este ritmo acabará convirtiéndose en la persona más alta del mundo. De momento, este título recae en el turco Sultan Kosen, que llega a los 2,49 metros.

Ya desde la etapa infantil se sabía que iba a destacar por la altura. En preescolar medía 1,57 metros, en primaria 1,83 y en la preparatoria 2,13 metros, recuerda su madre Darci. De momento el joven intenta llevar una vida de lo más normal, como el resto de adolescentes, aunque no se libra de algunos contratiempos como la espalda curva, tensión alta y dificultades para aprender.

Posiblemente, con el paso de los años los problemas de salud se vayan multiplicando y aparecerán dolencias en articulaciones y espalda, entre otros lugares, lo que se podría empeorar aún más si hay un aumento de peso considerable.