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Estatuto Marco

Mónica García, acorralada: los médicos amenazan con una huelga de 10 días en plena ola de gripe

La raíz del conflicto se encuentra en la reforma del Estatuto Marco impulsada por el Ministerio de Sanidad

La inminente huelga de médicos convocada en España para el mes de diciembre amenaza con dejar al sistema sanitario al borde del colapso. Coincidiendo con el puente de la Constitución, el paro de los médicos en contra de la reforma laboral propuesta por la ministra de Sanidad, Mónica García, se solaparía con varios festivos, lo que podría traducirse en hasta nueve o diez días con una cobertura mínima en centros de salud y hospitales.

Así, el paro englobaría los días centrales del próximo puente de diciembre, incluyendo los festivos y los días laborales inmediatamente anteriores o posteriores. De este modo, la huelga abarcaría —según las convocatorias preliminares— del 9 al 12 de diciembre, coincidiendo con el festivo del 8 de diciembre, lo que convertiría el paro en un periodo de hasta 10 días consecutivos sin cobertura médica adecuada en varios servicios públicos.

Por este motivo, diversas comunidades han advertido del riesgo, pero una de las voces más críticas ha sido la del consejero de Sanidad de Galicia, Antonio Gómez Caamaño, que ha solicitado de forma insistente a la ministra de Sanidad, Mónica García, un esfuerzo de diálogo para evitar «una situación límite» en plena temporada de infecciones respiratorias. El responsable autonómico ha insistido en su petición al Gobierno, destacando que el paro se uniría al puente de diciembre, «con lo que serían nueve o 10 días sin médicos».

El consejero gallego ha subrayado que la convocatoria llega en el peor momento posible y que, de mantenerse, derivaría en la suspensión de miles de consultas, cirugías y pruebas diagnósticas. En Galicia, el propio SERGAS calculó que cada día de huelga podría implicar la cancelación de cientos de intervenciones quirúrgicas y decenas de miles de visitas médicas, lo que generaría una acumulación inédita de retrasos asistenciales. A este escenario se suma la previsión de un incremento de patologías respiratorias debido a la llegada del invierno, un factor que saturaría aún más los servicios de urgencias.

La raíz del conflicto se encuentra en la reforma del Estatuto Marco impulsada por el Ministerio de Sanidad. El texto, presentado como una actualización necesaria para mejorar las condiciones laborales de los profesionales, ha sido recibido con rechazo por amplios sectores del colectivo médico. Denuncian que la reforma mantiene la jornada de 48 horas semanales, conserva las guardias obligatorias y no aborda de forma suficiente la sobrecarga que arrastran desde hace años. La percepción mayoritaria entre los profesionales -así lo han manifestado tanto sindicatos como asociaciones médicas- es que el Ministerio no ha escuchado sus reivindicaciones y ha cerrado el proceso sin el consenso que consideran imprescindible.

El malestar se ha extendido por varias comunidades autónomas, donde ya se han vivido tensiones entre los servicios de salud regionales y los profesionales. En Galicia, el propio consejero aseguró que la situación es resultado de una «falta clara de negociación» por parte de Mónica García, y llamó a retomar el diálogo para evitar que esta huelga «castigue» a los pacientes en un momento crítico del año. Según detalló, no se trata de una protesta simbólica, sino de una paralización con un impacto directo y profundo sobre el funcionamiento del sistema sanitario.

La falta de entendimiento entre el Gobierno central y los médicos incrementa la inquietud en las comunidades, que temen un deterioro de la atención en un contexto de recursos limitados y personal escaso. Si finalmente el paro se materializa, España podría enfrentarse a uno de los episodios de mayor tensión sanitaria de los últimos años. Miles de pacientes verían pospuestos tratamientos, operaciones y diagnósticos esenciales. Las urgencias, ya exigidas al máximo durante los meses de invierno, asumirían una carga desproporcionada ante la disminución de actividad en el resto de servicios.

En este escenario, la reivindicación central se repite: diálogo. Tanto los responsables autonómicos como los propios profesionales insisten en que la solución pasa por reabrir la negociación, revisar los puntos más controvertidos de la reforma y garantizar que las condiciones laborales sean compatibles con una atención de calidad. Mientras ese acuerdo no llegue, al que no quiere acercarse la ministra, Mónica García, la sombra de una huelga prolongada se mantiene sobre la sanidad pública.

Cesm calienta motores

Ante ese hartazgo negociador con Sanidad, los sindicatos aseguran que el malestar que ha provocado el borrador de la norma ministerial ha logrado aglutinar tanto a colegios de médicos como a sociedades científicas, sindicatos profesionales, decanos de las facultades de Medicina y a los propios estudiantes, de manera que todo el sector ha mostrado de nuevo su rechazo al Estatuto Marco, por lo que insisten al ministerio en que abra una auténtica vía de diálogo que permita alcanzar acuerdos reales para mejorar la crisis actual.

CESM ha querido señalar que mantiene su actitud negociadora con Sanidad, pero que no va a paralizar las movilizaciones hasta que se logre el reconocimiento que exige para los profesionales y garantizar así un futuro sólido para la sanidad pública, inviable sin médicos y facultativos. Por ello, han emplazado a los miles de participantes en la manifestación a las próximas jornadas de huelga nacional el 9, 10, 11 y 12 de diciembre.