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El «fármaco vivo» que evita infecciones en pacientes trasplantados

Hay una nueva estrategia terapéutica en ciernes para las personas que han recibido un órgano trasplantado o han pasado por un trasplante de médula. Se trata de un tratamiento experimental desarrollado por inmunólogos de la Universidad de Columbia (Estados Unidos).

Pawel Muranski, director del laboratorio que ha logrado este avance, pensó en la necesidad de este tipo de terapia a raíz del trabajo llevado a cabo en los Institutos Nacionales de Salud (NIH), en los cuales se han desarrollado algunas de las primeras inmunoterapias.

El científico forma parte de un equipo que ha colaborado con los NIH creando un método para producir en grandes cantidades células T entrenadas para identificar y eliminar infecciones por virus evitando que afecten a los órganos vitales de los pacientes. El tratamiento está diseñado para usarse en personas que han pasado por un trasplante y tienen, por ese motivo, un sistema inmunológico deprimido.

«La idea detrás de nuestra terapia celular es que se pueden obtener células T de un donante sano, seleccionar las que reconocen el virus y multiplicarlas en el laboratorio para crear una población de células inmunes que podemos administrar al paciente para controlar la infección», ha explicado.

En los NIH, el cultivo de las células tardaba semanas en completarse, lo cual es demasiado tiempo para llegar a tiempo a los pacientes que se enfrentan a infecciones. En su laboratorio de Columbia, el equipo de Muranski ha puesto en marcha una técnica en la que solamente se necesita una pequeña muestra de sangre del donante y es mucho más rápida.

Células CAR-T

El siguiente paso que estos científicos quieren dar es desarrollar células que atacan al cáncer. Las terapias CAR-T que se administran en la actualidad (células de los propios pacientes manipuladas genéticamente para reconocer y atacar al cáncer) han mostrado unas tasas de éxito muy elevadas en pacientes ciertos tipos de cáncer de la sangre, pero hasta ahora no se ha conseguido un resultado parecido en los tumores sólidos.

Las células T que se encuentran en el organismo de forma natural y se conocen como TIL (siglas de «linfocitos infiltrantes de tumor» en inglés) han ofrecido resultados prometedores en algunos tipos de cáncer, ha aclarado Muranski. Él se ha centrado en un tipo de células T llamadas CD4+ auxiliares, unos glóbulos blancos que organizan la actividad de todo el sistema inmunológico. Están generándolas en el laboratorio a partir de muestras de sangre de los pacientes. Su laboratorio de producción celular, que empezó a funcionar en 2022, presta además apoyo a otros investigadores dentro de este campo.

«Muchas inmunoterapias se están creando en instituciones académicas y son desarrolladas después por la industria. Si conseguimos fabricarlas en el ámbito académico, podremos transformar rápidamente nuevas ideas en nuevas terapias listas para los ensayos clínicos en los que evaluar su seguridad y eficacia», ha añadido.