Estados Unidos teme perder su liderazgo investigador en oncología
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Hace unos días, mientras los oncólogos norteamericanos celebraban su cumbre anual, frecuentada en realidad por expertos de todo el mundo, el Senado del país aprobaba elevar el techo de deuda para que la nación no se quedara sin fondos para pagar sus facturas. En ese punto, la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO) enviaba un comunicado expresando preocupación por las condiciones del acuerdo necesario para elevar el umbral máximo de endeudamiento público.
La propuesta de acuerdo incluía una limitación del aumento del gasto público (excluido el de defensa) del 1% hasta 2025. «Esto limitaría de forma considerable los recursos destinados a los Institutos Nacionales de Salud (NIH) y el Instituto Nacional del Cáncer (NCI) en un momento en el que los científicos están a punto de hacer muchísimos descubrimientos prometedores sobre el cáncer», ha advertido la organización.
Lori J. Pierce, presidenta de ASCO, ha dicho: «Hacemos un llamamiento a los legisladoras para que tengan a los pacientes, médicos y toda la comunidad afectada por el cáncer entre sus prioridades, ya que pronto va a comenzar el difícil trabajo de asignar fondos bajo el nuevo acuerdo».
De acuerdo con los representantes de la sociedad científica, poner un tope a los niveles actuales de inversión podría traducirse en un golpe para la investigación en el área de oncología y en rebajar el ritmo del progreso necesario para avanzar en el campo de las ciencias médicas y salvar más vidas.
Solo hay fondos para uno de cada siete proyectos
Según Pierce, a fecha de hoy solamente hay presupuesto para una de cada siete solicitudes de fondos públicos para investigación en cáncer. Mientras la inflación va haciendo mella en los recursos total, la financiación estancada significará que al final, aún menos proyectos de investigación saldrán adelante: «Habrá menos descubrimientos para prevenir, detectar y tratar una enfermedad que se va a diagnosticar a más de 1,9 millones de personas en Estados Unidos solamente en este año», argumenta.
Según ASCO, en el pasado, el congreso ha realizado sólidas inversiones en la investigación del cáncer «con resultados notables». Hay una cifra récord de pacientes que han superado el cáncer, 18 millones de personas. La mortalidad por la enfermedad en el país se ha reducido en un 33% desde 1991. No obstante, «los éxitos del pasado no garantizan el progreso en el futuro».
Es necesario que la inversión crezca anualmente, sobre todo si se quiere llegar a los objetivos definidos en el Plan Nacional contra el Cáncer y el programa «Cancer Moonshot»: reducir la tasa de mortalidad a la mitad en los próximos 25 años.
El tope en la financiación de los NIH y el NCI tiene además el efecto de desanimar a los jóvenes investigadores de emprender o mantener su carrera, poniendo en peligro décadas de posibles avances, «debilitando la posición de Estados Unidos como líder en investigación médica e innovación», han advertido.
Por último, afirman: «Comprendemos que los legisladores tienen que adoptar decisiones difíciles en materia de fondos, pero invertir en la investigación contra el cáncer debería ser una prioridad para ambos partidos, los riesgos de no hacerlo son sencillamente demasiado elevados y las pérdidas potenciales demasiado devastadoras».