Cómo mantener una dieta equilibrada en Semana Santa

Las vacaciones siempre son un buen pretexto para excederse en la alimentación

Semana Santa
Procesiones, aperitivos, comidas familiares... La Semana Santa es una época llena de compromisos.

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Torrijas, pestiños, monas de Pascua, hornazos, flores dulces, leche frita, barquillos… La lista de dulces típicos de Semana Santa es interminable, al igual que los compromisos sociales que colman estas fechas. Ante este panorama, resulta muy complicado mantener esa dieta sana y equilibrada que seguimos durante el resto del año. De hecho, los expertos aseguran que la ingesta de calorías se multiplica por dos durante estos siete días, una cantidad que se traduce en un aumento de peso de hasta dos kilos.

¿Cómo podemos continuar fieles a nuestros hábitos de vida saludables? Uno de los factores más importantes es reducir el consumo de bebidas alcohólicas, muy presentes también en Semana Santa. Sin embargo, no es el único elemento a tener en cuenta.

Escoge los alimentos adecuados

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Un delicioso plato de pescado es siempre una buena alternativa.

Salir a comer fuera no está reñido con una alimentación rica en nutrientes. Siempre puedes escoger la mejor opción: una ensalada, pescado, carnes magras, legumbres o un plato de verduras a la plancha. Mientras evites las comidas ricas en grasas y fritos, así como las bebidas azucaradas, todo irá bien.

Mantén el equilibrio

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Intenta equilibrar el número de calorías de cada comida.

Sabemos lo difícil que es eludir ciertos compromisos personales. Es aquí donde entra en acción algo tan importante como la planificación. Si prevés un festín de grandes proporciones, intenta que las otras comidas sean más ligeras.

Realiza ejercicio físico

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Ya es hora de realizar una visita a la playa.

Aprovecha el buen tiempo y estos días de vacaciones para dedicar unos minutos más al ejercicio físico. De esta forma, podrás contrarrestar el impacto de una mala alimentación. Opta por una caminata al aire libre, un paseo en bicicleta o, incluso, el primer chapuzón del año en la playa.

Evita la gula

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Controla tus instintos y come también con la cabeza.

Cuando nos encontramos ante un sin fin de posibilidades culinarias, es normal que nos apetezca probarlo todo. Un error contra el que debemos luchar con todas nuestras fuerzas. Es importarte medir la variedad de alimentos y el tamaño de las porciones si quieres responder a tus instintos.

Mantén el hábito

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La digestión sufre ciertos desajustes durante las vacaciones.

Intenta comer siempre a las mismas horas y sigue la rutina alimentaria habitual, compuesta de cinco comidas al día. De esta forma, evitarás cualquier desajuste en la digestión, la metabolización de la grasa o el ritmo cardíaco.

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